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SEGUNDA PARTE (9—14)

Israel y los pueblos vecinos (9—11)

Juicio y castigo

Oráculo:
La palabra del Señor
llega al país de Jadrac
y en Damasco se detiene,
pues al Señor pertenecen
las ciudades de Siria,
así como las tribus de Israel.
Y también le pertenece
su vecina Jamat,
junto con Tiro y Sidón
prototipos de sabiduría.
Tiro se construyó una fortaleza;
acumuló tanta plata como polvo,
y tanto oro como barro
hay desparramado por las calles.
Pero el Señor la despojará de todo,
hundirá en el mar su poderío
y será consumida por el fuego.
Se espantará al verlo Ascalón,
se estremecerá Gaza de terror,
y Ecrón quedará sin esperanza.
Será eliminado el rey de Gaza,
quedará Ascalón sin habitantes,
y en Asdod vivirán razas mezcladas.
Abatiré la soberbia filistea,
arrancaré de su boca
la presa todavía ensangrentada,
y de entre sus dientes los manjares
que me son aborrecibles.
También de ellos quedará
un resto para nuestro Dios;
serán como clanes de Judá,
y los de Ecrón como si fueran jebuseos.
Montaré guardia en torno a mi Templo
contra todos los que intenten invadirlo;
ningún opresor pasará por allí
porque mis ojos están vigilantes.

El Mesías que viene

Salta de alegría, Sión;
grita jubilosa, Jerusalén,
porque ya llega tu rey,
justo y victorioso,
humilde y montado sobre un asno,
sobre un borrico, retoño de asna.
10 Destruirá los carros de guerra de Efraín
y aniquilará la caballería de Jerusalén;
quebrará los arcos de guerra
y anunciará la paz a las naciones.
Dominará de un mar a otro mar,
desde el río Éufrates
hasta los confines de la tierra.

Regreso de los cautivos

11 Y porque sellé contigo
una alianza mediante sangre,
yo sacaré a tus cautivos
del foso sin agua.
12 Volved, cautivos,
a la ciudad fortificada,
volved esperanzados;
hoy mismo os anuncio
que os daré doble recompensa.
13 He tensado como un arco a Judá,
he cargado [de flechas] a Efraín;
lanzaré, Sión, a tus hijos
contra los tuyos, país de Javán,
y te blandiré, Sión,
como blande un valiente su espada.
14 El Señor se manifestará a su lado
disparando flechas como relámpagos;
hará el Señor resonar la trompeta
y avanzará entre los torbellinos del sur.
15 El Señor del universo los protegerá
de modo que aplasten y trituren
las piedras lanzadas por la honda;
beberán su sangre como vino,
hasta rebosar como copa de ofrendas,
como los salientes del altar.
16 Aquel día los salvará el Señor, su Dios;
serán como rebaño de su pueblo
y resplandecerán en su tierra
como diamantes de diadema.
17 ¡Qué felicidad y qué hermosura!
El pan hará florecer a los muchachos
y el vino nuevo a las muchachas.