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Visión del sumo sacerdote Josué

Luego el ángel me mostró al sumo sacerdote Josué,(A) que estaba delante del ángel del Señor. A su mano derecha estaba Satanás, dispuesto a acusarlo.(B) Pero el Señor le dijo a Satanás:

«Yo soy el Señor, y te reprendo(C) a ti, Satanás. Yo he escogido a Jerusalén, y a este hombre lo he rescatado del fuego como a un tizón. Por eso yo, el Señor, te reprendo.»

Como Josué estaba delante del ángel, y su ropa estaba muy sucia, el ángel ordenó a los que estaban a su servicio:

«¡Quítenle esa ropa tan sucia!»

Y a Josué le dijo:

«Date cuenta de que ya te he limpiado de tu pecado, y de que te he vestido con ropas de gala.»

Después dijo:

«Pongan en su cabeza una mitra limpia.»

Y se le puso una mitra limpia en la cabeza, y se le vistió con ropas de gala. Mientras tanto, el ángel del Señor seguía de pie. Luego, el ángel del Señor amonestó a Josué y le dijo:

«Así dice el Señor de los ejércitos: “Si andas por mis caminos, y cumples con mis ordenanzas, también tú gobernarás mi casa y quedarás a cargo de mis atrios, y te daré un lugar entre los que están aquí. Así que escúchame bien, Josué, como sumo sacerdote que eres, lo mismo que tus amigos que se sientan delante de ti, y que son una señal prodigiosa. Voy a hacer que venga mi siervo, el Renuevo.(D) Fíjate en la piedra que he puesto ante ti; como puedes ver, tiene siete ojos; voy a poner en ella una inscripción, y en un solo día borraré de la tierra el pecado.

—Palabra del Señor de los ejércitos.

10 ”Cuando llegue ese día, cada uno de ustedes invitará a sus amigos a sentarse debajo de su vid y de su higuera.”»(E)

—Palabra del Señor de los ejércitos.