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Ya salía el ángel que hablaba conmigo cuando otro ángel vino a su encuentro y le dijo: «Corre a decirle a ese joven:

»“Tanta gente habrá en Jerusalén,
    y tanto ganado,
que Jerusalén llegará a ser
    una ciudad sin muros.
En torno suyo —afirma el Señor
    seré un muro de fuego,
y dentro de ella
    seré su gloria”.

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