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No aceptas consejos de nadie,
ni permites que se te corrija;
no me buscas ni confías en mí.

»Tus jefes más importantes
parecen leones feroces;
tus gobernantes parecen lobos,
que atacan por la noche
y no dejan nada para la mañana.
Tus profetas son orgullosos,
y no se puede confiar en ellos;
tus sacerdotes ofenden mi santuario
y no obedecen mis mandamientos.

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