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Alabanza por la bondad de Dios

Salmo. Cántico para el sábado

92 Bueno es alabarte, Jehová,
y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;
anunciar por la mañana tu misericordia
y tu fidelidad cada noche,
con el decacordio y el salterio,
en tono suave, con el arpa.
Por cuanto me has alegrado, Jehová, con tus obras;
en las obras de tus manos me gozo.

¡Cuán grandes son tus obras, Jehová!
¡Muy profundos son tus pensamientos!
El hombre necio no sabe
y el insensato no entiende esto:
Cuando brotan los impíos como la hierba
y florecen todos los que hacen maldad,
es para ser destruidos eternamente.
Mas tú, Jehová, para siempre eres altísimo.
Aquí están tus enemigos, Jehová,
ciertamente perecerán tus enemigos;
serán esparcidos todos los que hacen maldad.

10 Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del toro salvaje;
seré ungido con aceite fresco.
11 Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos;
oirán mis oídos acerca de los que se levantaron contra mí, de los malignos.

12 El justo florecerá como la palmera;
crecerá como cedro en el Líbano.
13 Plantados en la casa de Jehová,
en los atrios de nuestro Dios florecerán.
14 Aun en la vejez fructificarán;
estarán vigorosos y verdes,
15 para anunciar que Jehová, mi fortaleza, es recto
y que en él no hay injusticia.