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Dieron los cuerpos de tus siervos por comida á las aves de los cielos; La carne de tus santos á las bestias de la tierra.

Derramaron su sangre como agua en los alrededores de Jerusalem; Y no hubo quien los enterrase.

Somos afrentados de nuestros vecinos, Escarnecidos y burlados de los que están en nuestros alrededores.

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