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Los fuertes de corazón fueron despojados, durmieron su sueño; Y nada hallaron en sus manos todos los varones fuertes.

A tu reprensión, oh Dios de Jacob, El carro y el caballo fueron entorpecidos.

Tú, terrible eres tú: ¿Y quién parará delante de ti, en comenzando tu ira?

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