Add parallel Print Page Options

18 Si en mi corazón hubiese acariciado yo la iniquidad,
El Señor no me habría escuchado.
19 Mas ciertamente me escuchó Dios;
Atendió a la voz de mi súplica.

20 Bendito sea Dios,
Que no rechazó mi oración, ni me retiró su misericordia.

Read full chapter

Bible Gateway Recommends