Add parallel Print Page Options

Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí,
tú conocías mi senda.
En el camino en que andaba,
me escondieron lazo.
Mira a mi diestra y observa,
pues no hay quien quiera conocer.
¡No tengo refugio
ni hay quien cuide de mi vida!

Clamé a ti, Jehová;
dije: «¡Tú eres mi esperanza
y mi porción en la tierra de los vivientes!»

Read full chapter