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Una canción nueva al Señor(A)

96 Canten al Señor una canción nueva;
canten al Señor, habitantes de toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su nombre;
anuncien día tras día su salvación.
Hablen de su gloria y de sus maravillas
ante todos los pueblos y naciones,
porque el Señor es grande
y muy digno de alabanza:
¡más terrible que todos los dioses!
Los dioses de otros pueblos no son nada,
pero el Señor hizo los cielos.
¡Hay gran esplendor en su presencia!
¡Hay poder y belleza en su santuario!

Den al Señor, familias de los pueblos,
den al Señor el poder y la gloria;
den al Señor la honra que merece;
entren a sus atrios con ofrendas,
adoren al Señor en su hermoso santuario.
¡Que todo el mundo tiemble delante de él!
10 Digan a las naciones: «¡El Señor es Rey!»
Él afirmó el mundo, para que no se mueva;
él gobierna a los pueblos con igualdad.
11 ¡Que se alegren los cielos y la tierra!
¡Que brame el mar y todo lo que contiene!
12 ¡Que se alegre el campo y todo lo que hay en él!
¡Que griten de alegría los árboles del bosque,
13 delante del Señor, que viene!
¡Sí, él viene a gobernar la tierra,
y gobernará a los pueblos del mundo
con justicia y con verdad!

Los actos de Dios por Israel(A)

105 ¡Den gracias al Señor!
¡Proclamen su nombre!
Cuenten a los pueblos sus acciones.
Canten himnos en su honor.
¡Hablen de sus grandes hechos!
Siéntanse orgullosos de su santo nombre.
¡Siéntase alegre el corazón
de los que buscan al Señor!
Recurran al Señor, y a su poder;
recurran al Señor en todo tiempo.
Recuerden sus obras grandes y maravillosas,
y los decretos que ha pronunciado;
ustedes, descendientes de su siervo Abraham;
ustedes, hijos de Jacob, sus escogidos.

Él es el Señor, nuestro Dios;
¡él gobierna toda la tierra!
Ni aunque pasen mil generaciones
se olvidará de las promesas de su alianza,
de la alianza que hizo con Abraham,
del juramento que hizo a Isaac
10 y que confirmó como ley para Jacob,
como alianza eterna para Israel,
11 cuando dijo:
«Voy a darte la tierra de Canaán
como la herencia que te toca.»

12 Aunque ellos eran pocos,
unos cuantos extranjeros en la tierra,
13 que iban de nación en nación
y de reino en reino,
14 Dios no permitió que nadie los maltratara,
y aun advirtió a los reyes:
15 «No toquen a mis escogidos
ni maltraten a mis profetas.»

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47 ¡Sálvanos, Señor y Dios nuestro!
¡Recógenos de entre las naciones
para que alabemos tu santo nombre,
para que alegres te alabemos!

48 ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
por toda la eternidad!
¡Que todos digan: «Amén»!

¡Aleluya!

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