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Salmo 94 (93)

Ponte en acción, juez de la tierra

94 ¡Dios justiciero, Señor,
Dios justiciero, muéstrate!
Ponte en acción, juez de la tierra,
da su merecido a los soberbios.
Señor, ¿hasta cuándo los malvados,
hasta cuándo se regocijarán?
Presumen, hablan con arrogancia,
se ensoberbecen los malhechores;
oprimen, Señor, a tu pueblo,
humillan a tu heredad.
Matan a la viuda y al forastero,
quitan la vida a los huérfanos
y dicen: “Dios no lo ve,
el Dios de Jacob no se da cuenta”.
Entiendan, necios del pueblo;
insensatos, ¿cuándo van a razonar?
Quien formó el oído, ¿no oirá?
Quien hizo el ojo, ¿no verá?
10 Quien corrige a las naciones, ¿no castigará?
Quien enseña al ser humano, ¿no sabrá?
11 El Señor conoce los planes humanos
y sabe que son únicamente vanidad.
12 Feliz a quien tú, oh Dios, corriges,
a quien instruyes en tu ley;
13 le darás paz en días de desgracia,
mientras se cava la fosa del malvado.
14 Porque el Señor no olvida a su pueblo,
él no abandona a su heredad.
15 Se juzgará de nuevo con justicia
y los rectos caminarán tras ella.
16 ¿Quién me defenderá ante los malvados?
¿Quién me apoyará frente a los malhechores?
17 Si el Señor no me hubiese ayudado,
el país del silencio sería pronto mi morada.
18 Si yo digo: “Mi pie resbala”,
tu bondad, Señor, me sostiene.
19 Cuando me invaden las penas,
tus consuelos me dan alegría.
20 ¿Te aliarás con el juez corrupto
que utiliza la ley para cometer injusticias?
21 Atacan la vida del justo,
declaran culpable al inocente.
22 Pero el Señor es mi refugio;
mi Dios, la fortaleza que me ampara.
23 Se volverá contra ellos su propia maldad;
el Señor, nuestro Dios, los destruirá,
por sus maldades los destruirá.

Oración clamando por venganza

94 Jehová, Dios de las venganzas,

Dios de las venganzas, muéstrate.

Engrandécete, oh Juez de la tierra;

Da el pago a los soberbios.

¿Hasta cuándo los impíos,

Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos?

¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras,

Y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad?

A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan,

Y a tu heredad afligen.

A la viuda y al extranjero matan,

Y a los huérfanos quitan la vida.

Y dijeron: No verá JAH,

Ni entenderá el Dios de Jacob.

Entended, necios del pueblo;

Y vosotros, fatuos, ¿cuándo seréis sabios?

El que hizo el oído, ¿no oirá?

El que formó el ojo, ¿no verá?

10 El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá?

¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?

11 Jehová conoce los pensamientos de los hombres,

Que son vanidad.(A)

12 Bienaventurado el hombre a quien tú, JAH, corriges,

Y en tu ley lo instruyes,

13 Para hacerle descansar en los días de aflicción,

En tanto que para el impío se cava el hoyo.

14 Porque no abandonará Jehová a su pueblo,

Ni desamparará su heredad,

15 Sino que el juicio será vuelto a la justicia,

Y en pos de ella irán todos los rectos de corazón.

16 ¿Quién se levantará por mí contra los malignos?

¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad?

17 Si no me ayudara Jehová,

Pronto moraría mi alma en el silencio.

18 Cuando yo decía: Mi pie resbala,

Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba.

19 En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,

Tus consolaciones alegraban mi alma.

20 ¿Se juntará contigo el trono de iniquidades

Que hace agravio bajo forma de ley?

21 Se juntan contra la vida del justo,

Y condenan la sangre inocente.

22 Mas Jehová me ha sido por refugio,

Y mi Dios por roca de mi confianza.

23 Y él hará volver sobre ellos su iniquidad,

Y los destruirá en su propia maldad;

Los destruirá Jehová nuestro Dios.

94 Señor, Dios de las venganzas;
    Dios de las venganzas, ¡resplandece!
Levántate, Juez de la tierra,
    y dales su merecido a los soberbios.
¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo
    habrán de ufanarse los malvados?

Todos esos malhechores son unos fanfarrones;
    a borbotones escupen su arrogancia.
A tu pueblo, Señor, lo pisotean;
    oprimen tu herencia.
Matan a las viudas y a los extranjeros;
    a los huérfanos los asesinan.
Y hasta dicen: «El Señor no ve;
    el Dios de Jacob no se da cuenta».

Entiendan esto, gente necia;
    ¿cuándo, insensatos, lo comprenderán?
¿Acaso no oirá el que nos hizo los oídos
    ni podrá ver el que nos formó los ojos?
10 ¿Y no habrá de castigar el que corrige a las naciones
    e imparte conocimiento a todo ser humano?
11 El Señor conoce los pensamientos humanos,
    y sabe que son vanidad.

12 Dichoso aquel a quien tú, Señor, corriges;
    aquel a quien instruyes en tu Ley,
13 para que enfrente tranquilo los días malos,
    mientras al impío se le cava una fosa.
14 El Señor no rechazará a su pueblo;
    no dejará a su herencia en el abandono.
15 El juicio volverá a basarse en la justicia
    y todos los de corazón sincero la seguirán.

16 ¿Quién se levantará a defenderme de los malvados?
    ¿Quién se pondrá de mi parte contra los malhechores?
17 Si el Señor no me hubiera brindado su ayuda,
    muy pronto me habría quedado en mortal silencio.
18 No bien decía: «Mis pies resbalan»,
    cuando ya tu gran amor, Señor, venía en mi ayuda.
19 Cuando en mí la angustia iba en aumento,
    tu consuelo llenaba mi alma de alegría.

20 ¿Te asociarías con reyes corruptos[a]
    que por decreto fraguan la maldad,
21 que conspiran contra la vida de los justos
    y condenan a muerte al inocente?
22 Pero el Señor es mi protector,
    es mi Dios y la Roca en que me refugio.
23 Él les hará pagar por sus pecados
    y los destruirá por su maldad;
    el Señor nuestro Dios los destruirá.

Footnotes

  1. 94:20 reyes corruptos. Lit. trono corrupto.