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Salmo 68 (67)

Tú saliste delante de tu pueblo

68 Al maestro del coro. Con instrumentos de cuerda. Salmo. Cántico.
Dios se pone en acción,
sus enemigos se dispersan,
sus adversarios huyen de su presencia.
Tú los disipas como se disipa el humo;
como cera que se derrite ante el fuego,
así se desvanecen los malvados ante Dios.
Pero los justos se alegran y regocijan,
se llenan de gozo ante Dios.
Canten a Dios, alaben su nombre,
glorifiquen al que cabalga sobre las nubes;
su nombre es el Señor, regocíjense ante él.
Padre de los huérfanos, defensor de las viudas
es Dios en su santa morada.
Dios acoge en su casa a los desamparados
y libra a los cautivos entre cantos de júbilo,
mientras los rebeldes habitan en árido yermo.
Oh Dios, cuando saliste delante de tu pueblo,
cuando marchaste a través del desierto, [ Pausa]
tembló la tierra, se desbordaron los cielos
en presencia de Dios, el del Sinaí,
en presencia de Dios, el Dios de Israel.
10 Tú, oh Dios, derramaste una lluvia generosa,
tú reconfortaste a tu agotada heredad.
11 Tu grey se estableció en la tierra
que preparaste bondadoso para el pobre.
12 Mi Dios ha dado la orden,
un inmenso tropel difunde la noticia.
13 Los reyes de los ejércitos huyen,
la mujer de la casa reparte el botín;
14 mientras ustedes reposan entre fogones,
se cubren de plata las alas de la paloma
y de un pálido oro su plumaje.
15 Cuando el Todopoderoso dispersó a los reyes,
nevaba en el monte Salmón.
16 Un monte altísimo es el monte Basán,
un monte escarpado es el monte Basán.
17 ¿Por qué, montes escarpados, envidian
la montaña que Dios quiso por morada?
El Señor vivirá por siempre en ella.
18 Miles y miles son los carros de Dios,
está mi Señor en medio de ellos,
viene desde el Sinaí al santuario.
19 Subiste a la altura, tomaste cautivos;
recibiste tributos de los seres humanos,
incluso de los mismos rebeldes,
hasta tener, Señor Dios, una morada.
20 Bendito sea mi Señor día tras día,
que Dios nuestro salvador nos sostenga. [ Pausa]
21 Nuestro Dios es un Dios de salvación,
el Señor Dios puede librarnos de la muerte.
22 Sólo Dios rompe la cabeza de sus enemigos,
el cráneo del que camina entre sus crímenes.
23 Mi Señor ha dicho: “Los haré volver de Basán,
los haré volver de las profundidades del mar,
24 para que hundas tus pies en sangre enemiga
y sea lamida por la lengua de tus perros”.
25 Ahí están, oh Dios, tus comitivas,
las comitivas de mi Dios en el santuario:
26 van delante los cantores, los músicos detrás,
en medio las doncellas tocando panderos.
27 En las asambleas alaben a Dios,
al Señor desde el origen de Israel.
28 Allí va el joven Benjamín a la cabeza,
los príncipes de Judá con sus arqueros,
los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.
29 Tú, oh Dios, impón tu poder,
el poder con el que nos favoreces.
30 A tu Templo en Jerusalén
los reyes te llevan presentes.
31 Castiga a la bestia del cañaveral,
a la manada de toros,
a los novillos de los pueblos,
a quienes yacen entre lingotes de plata;
dispersa a los pueblos que fomentan la guerra.
32 Y vendrán los magnates desde Egipto,
extenderá Etiopía sus manos hacia Dios.
33 Reinos de la tierra, canten a Dios,
tañan instrumentos para el Señor [ Pausa]
34 que cabalga sobre el alto y eterno cielo.
Él ha alzado su voz, su voz poderosa.
35 Reconozcan el poder de Dios:
su grandeza está sobre Israel,
en los cielos está su fuerza.
36 Magnífico es Dios desde su santuario,
él es el Dios de Israel
que da poder y fuerza al pueblo.
¡Bendito sea Dios!

El Dios del Sinaí y del santuario

Al músico principal. Salmo de David. Cántico.

68 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos,

Y huyan de su presencia los que le aborrecen.

Como es lanzado el humo, los lanzarás;

Como se derrite la cera delante del fuego,

Así perecerán los impíos delante de Dios.

Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios,

Y saltarán de alegría.

Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre;

Exaltad al que cabalga sobre los cielos.

JAH es su nombre; alegraos delante de él.

Padre de huérfanos y defensor de viudas

Es Dios en su santa morada.

Dios hace habitar en familia a los desamparados;

Saca a los cautivos a prosperidad;

Mas los rebeldes habitan en tierra seca.

Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo,

Cuando anduviste por el desierto, Selah

La tierra tembló;

También destilaron los cielos ante la presencia de Dios;

Aquel Sinaí tembló delante de Dios,(A) del Dios de Israel.

Abundante lluvia esparciste, oh Dios;

A tu heredad exhausta tú la reanimaste.

10 Los que son de tu grey han morado en ella;

Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.

11 El Señor daba palabra;

Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.

12 Huyeron, huyeron reyes de ejércitos,

Y las que se quedaban en casa repartían los despojos.

13 Bien que fuisteis echados entre los tiestos,

Seréis como alas de paloma cubiertas de plata,

Y sus plumas con amarillez de oro.

14 Cuando esparció el Omnipotente los reyes allí,

Fue como si hubiese nevado en el monte Salmón.

15 Monte de Dios es el monte de Basán;

Monte alto el de Basán.

16 ¿Por qué observáis, oh montes altos,

Al monte que deseó Dios para su morada?

Ciertamente Jehová habitará en él para siempre.

17 Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares;

El Señor viene del Sinaí a su santuario.

18 Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad,

Tomaste dones para los hombres,(B)

Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.

19 Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios

El Dios de nuestra salvación. Selah

20 Dios, nuestro Dios ha de salvarnos,

Y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.

21 Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos,

La testa cabelluda del que camina en sus pecados.

22 El Señor dijo: De Basán te haré volver;

Te haré volver de las profundidades del mar;

23 Porque tu pie se enrojecerá de sangre de tus enemigos,

Y de ella la lengua de tus perros.

24 Vieron tus caminos, oh Dios;

Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.

25 Los cantores iban delante, los músicos detrás;

En medio las doncellas con panderos.

26 Bendecid a Dios en las congregaciones;

Al Señor, vosotros de la estirpe de Israel.

27 Allí estaba el joven Benjamín, señoreador de ellos,

Los príncipes de Judá en su congregación,

Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.

28 Tu Dios ha ordenado tu fuerza;

Confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros.

29 Por razón de tu templo en Jerusalén

Los reyes te ofrecerán dones.

30 Reprime la reunión de gentes armadas,

La multitud de toros con los becerros de los pueblos,

Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata;

Esparce a los pueblos que se complacen en la guerra.

31 Vendrán príncipes de Egipto;

Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios.

32 Reinos de la tierra, cantad a Dios,

Cantad al Señor; Selah

33 Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad;

He aquí dará su voz, poderosa voz.

34 Atribuid poder a Dios;

Sobre Israel es su magnificencia,

Y su poder está en los cielos.

35 Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios;

El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo.

Bendito sea Dios.