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La derrota de mis enemigos

Al director. Al compás de «No destruyas». Poema de David, cuando Saúl envió gente a su casa para tratar de matarlo.

Dios mío, sálvame de mis enemigos;
    ayúdame a derrotar a los que me atacan.
Rescátame de los que hacen el mal,
    sálvame de esos asesinos.

Ellos tratan de matarme.
    SEÑOR, hay hombres perversos que quieren atacarme
    a pesar de que no he cometido ningún delito ni pecado.
No he hecho nada malo.
    Sin embargo, corren ellos listos para atacarme.
¡Levántate, y ven a ayudarme!
    Mira lo que está sucediendo.
Tú eres el SEÑOR,
    Dios de los ejércitos, el Dios de Israel.
Levántate y castiga a todas las naciones;
    no tengas piedad de esos traidores perversos. Selah

Esa gente mala regresa como perros,
    rondando y gruñendo por las calles de la ciudad.
¡Óyelos! Echan espuma por la boca
    y dicen cosas crueles sin importar quién los esté escuchando.
SEÑOR, tú te ríes de ellos,
    te burlas de toda esa gente.
Yo te cantaré mis canciones de alabanza
    porque tú, Dios, eres mi refugio.
10 Dios con su fiel amor vendrá a mi encuentro;
    me ayudará a derrotar a mis enemigos.
11 Dios mío, no los mates de una vez.
    Si fuera así la gente se olvidaría.
Señor y Protector nuestro,
    dispérsalos y derrótalos con todo tu poder.
12 La gente mala peca cuando miente
    y desea el mal.
Castígalos por todo lo que dicen;
    haz que su orgullo los atrape.
13 Destrúyelos con toda tu furia,
    hasta que no quede nada de ellos.
Entonces, todo el mundo sabrá
    que Dios gobierna sobre el pueblo de Jacob. Selah

14 La gente mala viene a la ciudad gruñendo por las calles,
    como perros al atardecer.
15 Vaga por las calles buscando comida,
    pero no encuentra nada de comer y sigue quejándose.
16 Pero yo cantaré a tu poder,
    y por la mañana cantaré alegre alabando tu fiel amor;
porque tú eres mi refugio,
    mi protección en tiempos de peligro.
17 Te cantaré alabanzas, Dios mío.
    Pues eres mi fuerza y mi refugio,
    el Dios que me demuestra su fiel amor.

Oración pidiendo ser librado de los enemigos

Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David, cuando Saúl ordenó que vigilaran la casa de David para matarlo.(A)

59 Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío;

Ponme a salvo de los que se levantan contra mí.

Líbrame de los que cometen iniquidad,

Y sálvame de hombres sanguinarios.

Porque he aquí están acechando mi vida;

Se han juntado contra mí poderosos.

No por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová;

Sin delito mío corren y se aperciben.

Despierta para venir a mi encuentro, y mira.

Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel,

Despierta para castigar a todas las naciones;

No tengas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. Selah

Volverán a la tarde, ladrarán como perros,

Y rodearán la ciudad.

He aquí proferirán con su boca;

Espadas hay en sus labios,

Porque dicen: ¿Quién oye?

Mas tú, Jehová, te reirás de ellos;

Te burlarás de todas las naciones.

A causa del poder del enemigo esperaré en ti,

Porque Dios es mi defensa.

10 El Dios de mi misericordia irá delante de mí;

Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo.

11 No los mates, para que mi pueblo no olvide;

Dispérsalos con tu poder, y abátelos,

Oh Jehová, escudo nuestro.

12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios,

Sean ellos presos en su soberbia,

Y por la maldición y mentira que profieren.

13 Acábalos con furor, acábalos, para que no sean;

Y sépase que Dios gobierna en Jacob

Hasta los fines de la tierra. Selah

14 Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros,

Y rodeen la ciudad.

15 Anden ellos errantes para hallar qué comer;

Y si no se sacian, pasen la noche quejándose.

16 Pero yo cantaré de tu poder,

Y alabaré de mañana tu misericordia;

Porque has sido mi amparo

Y refugio en el día de mi angustia.

17 Fortaleza mía, a ti cantaré;

Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia.