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Sálvame de mis enemigos

Canción de David.

SEÑOR, ataca a quienes me atacan,
    enfrenta a los que se enfrentan a mí.
Toma tu escudo y tu pavés[a];
    levántate y ven a ayudarme.
Usa tus armas en contra de los que me persiguen.
    Necesito oírte decir que tú me salvarás.

Que los que quieren quitarme la vida sean castigados.
    Que los que planean hacerme daño sean confundidos
    y tengan que escapar avergonzados.
Que desaparezcan como hojas que el viento lleva lejos,
    perseguidos por el ángel del SEÑOR.
Que el camino por el que escapen sea oscuro y resbaladizo
    y sean perseguidos por el ángel del SEÑOR.
Porque me tendieron trampas,
    cavaron un pozo donde tirarme sin tener motivo alguno.
Que sufran un castigo inesperado,
    que caigan en su propia trampa.
    Que se enreden en sus propias maniobras.
Así me alegraré por las obras del SEÑOR
    y me hará feliz su victoria.
10 Y entonces, con todas mis fuerzas diré:
    «SEÑOR, no hay Dios como tú.
Tú salvas a los oprimidos de sus opresores,
    a los pobres y necesitados de los que los explotan».

11 Los perversos me odian,
    y me acusan de crímenes que no he cometido.
12 Ellos pagan bien con mal
    y me causan mucho dolor.
13 Me tratan así aunque los acompañé en su dolor
    y me puse ropa áspera cuando estaban enfermos.
Por la tristeza que sentí,
    los acompañé e hice ayunos.
Cuando no se contestaron mis oraciones,
    murió uno de su familia.[b]

14 Los traté como si fueran mis hermanos;
    compartí su dolor como por un amigo o un hermano.
    Guardé luto en señal de dolor como por una madre.
15 Pero cuando me vi en dificultades,[c]
    se juntaron en mi contra y trataron de destrozarme.
    No me dieron descanso.
No eran mis verdaderos amigos;
    en realidad no los conocía.
16 Me rodearon y me atacaron sin cesar;
    me trataron mal, se burlaron de mí
    y furiosos querían comerme vivo.
17 Señor, ¿cuánto tiempo te vas a quedar mirándome sin hacer nada?
    Salva mi vida, ¿qué más tengo?
Sálvame de los que rugen como leones
    y quieren destruirme.
18 Te alabaré en la gran asamblea,
    te alabaré entre la multitud.

19 No permitas que estos enemigos mentirosos sigan burlándose de mí.
    No dejes que me ataquen sin motivo.
Me odian y hacen planes en secreto,
    pero no se quedarán sin castigo.[d]
20 Ellos hablan de paz,[e]
    pero en realidad están maquinando planes para atacar al pueblo.
21 De su boca salen falsas acusaciones.
    Dicen: «Lo vimos hacer esto o lo otro».

22 SEÑOR, tú sabes la verdad;
    no sigas callado, Señor mío,
    no me abandones.
23 ¡Dios mío, despierta!
    Levántate y haz algo por mí.
    Señor mío, defiéndeme.
24 SEÑOR, mi Dios, júzgame según tu justicia
    para que dejen de burlarse de mí.
25 No los dejes salirse con la suya;
    no permitas que digan que me destruyeron.

26 Llévales la desgracia y la humillación
    a los que se alegran de mi desgracia.
Haz que quienes se levantan en mi contra
    se sientan avergonzados y humillados.
27 Que se alegren los que me apoyan.
    Que ellos digan siempre que el SEÑOR es maravilloso
    y que se pone contento cuando tienen éxito.

28 Que mi boca proclame tu justicia
    y te alabe el día entero.

Footnotes

  1. 35:2 pavés Escudo grande que protege casi todo el cuerpo.
  2. 35:13 murió uno de su familia Ver el versículo 14.
  3. 35:15 me vi en dificultades Textualmente tropecé.
  4. 35:19 Me odian […] sin castigo Textualmente ¿Guiñarán el ojo sin castigo los que me odian?
  5. 35:20 o No saludan a nadie.

Plegaria pidiendo ser librado de los enemigos

Salmo de David.

35 Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden;

Pelea contra los que me combaten.

Echa mano al escudo y al pavés,

Y levántate en mi ayuda.

Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores;

Di a mi alma: Yo soy tu salvación.

Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida;

Sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan.

Sean como el tamo delante del viento,

Y el ángel de Jehová los acose.

Sea su camino tenebroso y resbaladizo,

Y el ángel de Jehová los persiga.

Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo;

Sin causa cavaron hoyo para mi alma.

Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa,

Y la red que él escondió lo prenda;

Con quebrantamiento caiga en ella.

Entonces mi alma se alegrará en Jehová;

Se regocijará en su salvación.

10 Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú,

Que libras al afligido del más fuerte que él,

Y al pobre y menesteroso del que le despoja?

11 Se levantan testigos malvados;

De lo que no sé me preguntan;

12 Me devuelven mal por bien,

Para afligir a mi alma.

13 Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio;

Afligí con ayuno mi alma,

Y mi oración se volvía a mi seno.

14 Como por mi compañero, como por mi hermano andaba;

Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.

15 Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron;

Se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía;

Me despedazaban sin descanso;

16 Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes,

Crujieron contra mí sus dientes.

17 Señor, ¿hasta cuándo verás esto?

Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones.

18 Te confesaré en grande congregación;

Te alabaré entre numeroso pueblo.

19 No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos,

Ni los que me aborrecen sin causa(A) guiñen el ojo.

20 Porque no hablan paz;

Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.

21 Ensancharon contra mí su boca;

Dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!

22 Tú lo has visto, oh Jehová; no calles;

Señor, no te alejes de mí.

23 Muévete y despierta para hacerme justicia,

Dios mío y Señor mío, para defender mi causa.

24 Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío,

Y no se alegren de mí.

25 No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra!

No digan: ¡Le hemos devorado!

26 Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran;

Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.

27 Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa,

Y digan siempre: Sea exaltado Jehová,

Que ama la paz de su siervo.

28 Y mi lengua hablará de tu justicia

Y de tu alabanza todo el día.

Salmo de David.

35 Ataca, Señor, a los que me atacan;
    combate a los que me combaten.
Toma tu adarga, tu escudo,
    y acude en mi ayuda.
Empuña la lanza y el hacha,
    y haz frente a[a] los que me persiguen.
Quiero oírte decir:
    «Yo soy tu salvación».

Queden confundidos y avergonzados
    los que procuran matarme;
retrocedan humillados
    los que traman mi ruina.
Sean como la paja que se lleva el viento,
    acosados por el ángel del Señor;
sea su senda oscura y resbalosa,
    perseguidos por el ángel del Señor.

Ya que sin motivo me tendieron una trampa
    y sin motivo cavaron una fosa para mí,
que la ruina los tome por sorpresa;
    que caigan en su propia trampa,
    en la fosa que ellos mismos cavaron.
Así mi alma se alegrará en el Señor
    y se deleitará en su salvación.
10 Así todo mi ser exclamará:
    «¿Quién como tú, Señor?
Tú libras de los poderosos a los pobres;
    a los pobres y necesitados libras
    de aquellos que los explotan».

11 Se presentan testigos despiadados
    y me preguntan cosas que yo ignoro.
12 Me devuelven mal por bien
    y eso me duele en el alma;
13 pues cuando ellos enfermaban
    yo me vestía de luto,
    me afligía y ayunaba.
¡Ay, si pudiera retractarme de mis oraciones!
14 Me vestía yo de luto,
    como por un amigo o un hermano.
Afligido, inclinaba la cabeza,
    como si llorara por mi madre.
15 Pero yo tropecé y ellos se alegraron
    y a una se juntaron contra mí.
Asaltantes[b] que yo no conocía;
    me calumniaban sin cesar.
16 Me atormentaban, se burlaban de mí[c]
    y contra mí rechinaban los dientes.

17 ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tolerar esto?
Libra mi vida, mi única vida,
    de los ataques de esos leones.
18 Yo te daré gracias en la gran asamblea;
    ante una multitud te alabaré.
19 No dejes que de mí se burlen
    mis enemigos traicioneros;
no dejes que guiñen el ojo
    los que me odian sin motivo.
20 Porque no vienen en son de paz,
    sino que urden mentiras
    contra la gente apacible del país.
21 De mí se ríen a carcajadas y exclaman:
    «¡Miren en lo que vino a parar!».

22 Señor, tú has visto todo esto;
    no te quedes callado.
    ¡Señor, no te alejes de mí!
23 ¡Despierta! ¡Levántate en mi defensa!
    ¡Defiéndeme, mi Dios y Señor!
24 Júzgame según tu justicia, Señor mi Dios;
    no dejes que se burlen de mí.
25 No permitas que piensen:
    «¡Así queríamos verlo!».
No permitas que digan:
    «Nos lo hemos tragado vivo».

26 Queden avergonzados y confundidos
    todos los que se alegran de mi desgracia;
sean cubiertos de deshonra y vergüenza
    todos los que se creen más que yo.
27 Pero lancen voces de alegría y regocijo
    los que quieren mi vindicación
y digan siempre: «Exaltado sea el Señor,
    quien se deleita en el bienestar de su siervo».

28 Con mi lengua proclamaré tu justicia
    y todo el día te alabaré.

Footnotes

  1. 35:3 el hacha, y haz frente a (lectura probable); cierra contra (TM).
  2. 35:15 Asaltantes (lectura probable); Gente golpeada o extraña (TM).
  3. 35:16 Me … mí (LXX); Como un grupo impío de burlones (TM).