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Libro 1

(Salmos 1-41)

Justos y pecadores

Afortunado el que no sigue el consejo de los perversos,
    ni el ejemplo de los pecadores,
    ni se une con los que andan burlándose de todo.
Al contrario, le gusta la enseñanza del SEÑOR
    y la estudia día y noche.
Será tan fuerte como un árbol plantado
    junto a corrientes de agua fresca,
que da su fruto en el momento adecuado
    y al que nunca se le caen las hojas.
    Le irá bien en todo lo que haga.

En cambio, pasa distinto con los perversos.
    Ellos son como paja que el viento se lleva lejos.
Por eso, los perversos siempre serán declarados culpables,
    y los pecadores no podrán sentarse al lado de los justos.[a]
El SEÑOR sabe guiar por buen camino a los justos,
    pero los perversos se desvían y se pierden.

Footnotes

  1. 1:5 o Los perversos no se levantarán en el lugar del juicio ni los pecadores en la reunión de los justos. No está claro si este versículo significa que los perversos no serán jueces, o que los perversos serán declarados culpables.

LIBRO I

El justo y los pecadores

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,

Ni estuvo en camino de pecadores,

Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

Sino que en la ley de Jehová está su delicia,

Y en su ley medita de día y de noche.

Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,(A)

Que da su fruto en su tiempo,

Y su hoja no cae;

Y todo lo que hace, prosperará.

No así los malos,

Que son como el tamo que arrebata el viento.

Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,

Ni los pecadores en la congregación de los justos.

Porque Jehová conoce el camino de los justos;

Mas la senda de los malos perecerá.

Libro I(A)

Dichoso es quien
    no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en la senda de los pecadores,
    ni se sienta en la reunión de los burladores,
sino que en la Ley del Señor se deleita
    y día y noche medita en ella.
Es como el árbol plantado a la orilla de un río
    que, cuando llega su tiempo, da fruto
y sus hojas jamás se marchitan.
    Todo cuanto hace prospera.

En cambio, los malvados
    son como paja arrastrada por el viento.
Por eso no se sostendrán los malvados en el juicio
    ni los pecadores en la asamblea de los justos.

Porque el Señor cuida el camino de los justos,
    mas la senda de los malvados lleva a la perdición.