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Busquen la sabiduría

¡Ustedes, reyes del mundo,
escuchen, entiendan y aprendan!
¡Presten atención ustedes,
gobernantes de las naciones!
¡No se vuelvan orgullosos
por ser reyes de muchos pueblos!

El Dios altísimo,
les ha dado el poder y la autoridad.
Dios conoce sus pensamientos,
y sólo él les pedirá cuentas
de todo lo que hacen.

Reyes de la tierra,
Dios les ha dado autoridad
para que reinen en su nombre.
Ustedes, sin embargo,
no han actuado bien,
ni han cumplido su ley;
¡no viven de acuerdo
con su voluntad!

Dios pronto vendrá
a castigarlos con fuerza.
Dios castiga sin piedad
a los que hacen mucho daño
y abusan del poder.

A los pobres de la tierra,
Dios les tiene compasión
y los perdona;
pero castiga con dureza
a los que abusan del poder.

Dios no retrocede ante nadie;
no le tiene miedo
a los poderosos.
Él hizo al grande y al chico,
y no hace diferencia
entre unos y otros;
a todos cuida por igual.

A los poderosos
Dios les pedirá cuentas
con mucho rigor.
Por eso, ustedes,
reyes y gobernantes,
aprendan a ser sabios
y no pequen contra Dios.
10 Si cumplen sus leyes
y se dejan enseñar por ellas,
esas mismas leyes los defenderán
en el día del juicio.
11 ¡Amen mis palabras!
Escúchenlas con atención,
y aprendan de ellas.

El amor a la sabiduría

12 La sabiduría alumbra como una luz,
y nada puede apagarla.
Los que la aman y la buscan
la encontrarán fácilmente.
13 Ella misma busca
a los que la desean.
14 El que la busca desde niño,
no perderá su tiempo,
pues ella misma irá a su encuentro.
15 La prudencia perfecta se consigue
cuando se piensa en ella.
El que se esfuerza en encontrarla
vivirá sin preocupaciones.
16 La sabiduría busca con entusiasmo
a los que la merecen,
y les sale al encuentro
en todos sus pensamientos.

17 El interés sincero por aprender
es el primer paso para ser sabio.
Sólo el que ama la sabiduría
se interesa por aprender.
18 El que ama la sabiduría
obedece sus leyes,
y el que obedece sus leyes
vivirá para siempre
19 y estará cerca de Dios.
20 Sólo el que ama la sabiduría
puede ser un buen gobernante.
21 Por eso, reyes de los pueblos,
si ustedes quieren reinar mucho tiempo,
tienen que amar la sabiduría.

El sabio comunica su sabiduría

22 Ahora voy a decirles
lo que es la sabiduría
y de dónde proviene.
Les contaré todo
desde el principio;
nada les ocultaré
ni les diré mentiras.

23 La envidia,
que sólo busca destruir,
no me obligará
a ocultarles lo que sé.
La envidia y la sabiduría
no pueden ser amigas.

24 Los sabios
son la salvación del mundo,
y un gobernante sabio
da seguridad a su pueblo.
25 Dejen, entonces,
que les enseñe con mis palabras;
ya verán cuánto ganarán con ellas.