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35 Tenían un reino y riquezas,
y el territorio fértil que les diste,
pero ni aun así te adoraron
ni dejaron su maldad.

36 »Dios mío,
mira cómo estamos.
Ahora somos esclavos
en el país que les diste
a nuestros antepasados
para que lo disfrutaran.
37 Los reyes que ahora nos dominan,
son el castigo por nuestros pecados,
y son ellos quienes disfrutan
de lo mejor de nuestra tierra.
Son nuestros dueños,
y hacen lo que quieren
con todo nuestro ganado.
¡Todo esto nos tiene muy tristes!»

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