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La destrucción de Nínive

Nínive, un destructor avanza contra ti,
    así que monta guardia en el terraplén,
vigila el camino, renueva tus fuerzas,
    acrecienta tu poder.
Porque el Señor restaura la majestad de Jacob,
    como la majestad de Israel,
pues los destructores los han arrasado;
    han arruinado sus sarmientos.

Rojo es el escudo de sus valientes;
    de púrpura se visten los guerreros.
El metal de sus carros brilla como fuego
    mientras se alistan para la batalla
    y los guerreros agitan sus lanzas.

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