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Malas noticias para Nínive

Pobre de ti, ciudad asesina,
    no eres más que una mentira.
Estás llena de rapiña
    y nunca estás sin presa.
Se pueden escuchar los sonidos de látigos,
    de ruedas y caballos al galope
    con sus carros saltando tras ellos.
Ataca la caballería, brillan las espadas,
    resplandecen las lanzas.
Hay montones de muertos,
    muchos cadáveres, innumerables.
Hay tantos muertos
    que la gente tropieza con ellos.
Todo eso sucedió por culpa de esa prostituta,
    la bruja hermosa y seductora
que con sus seducciones esclavizó naciones,
    y con sus conjuros, pueblos enteros.

El SEÑOR Todopoderoso dice:
    «Estoy en contra tuya;
te voy a levantar las faldas hasta la cara,
    les mostraré a las naciones tu desnudez
    y a los reinos tu deshonra.
Echaré cosas asquerosas sobre ti,
    te trataré mal para que todos se burlen.
Desde ese momento, todo el que te vea huirá de ti,
    dirán: “Nínive está en ruinas”,
¿quién llorará por ella?
    ¿Dónde encontrar a alguien que la consuele?»

¿Te crees mejor que Tebas[a], la del río Nilo?
    Tebas también tenía agua a su alrededor
    y la usaba para protegerse de sus enemigos.
Etiopía y Egipto la protegieron con su inmenso poder,
    también Fut y Libia le dieron su apoyo.
10 Pero así y todo, Tebas fue desterrada
    y sus habitantes fueron llevados cautivos.
En cada esquina sus niños pequeños fueron estrellados.
Sobre su gente importante echaron suertes;
    sus grandes personajes fueron encadenados.

11 Así también, tú caerás como un borracho.
    Tratarás de esconderte,
    buscando refugio de tu enemigo.
12 Todas tus fortalezas serán como árboles de higos,
    que cuando están cargados de higos bien maduros,
llega alguien, sacude el árbol
    y los higos caen derecho en su boca.
13 Tus tropas son como mujeres.
Las puertas del país están abiertas
    de par en par para tus enemigos.
El fuego ha destruido las barras
    que las mantenían cerradas.

14 Abastécete de agua para resistir el asedio;
    refuerza tus defensas.
Métete en el barro, písalo
    y toma el molde para hacer ladrillos.
15 Puedes hacer todo esto
    y aun así serás consumida por el fuego
    y la espada te matará.
El fuego te devorará como langostas que vienen
    y devoran todo a su paso.
Reprodúcete tanto como las langostas,
    reprodúcete tanto como los saltamontes.
16 Aumenta tus negociantes,
    más que las estrellas en el cielo.
Como langostas se comerán todo
    y después se irán.
17 Tus gobernantes son también como langostas.
    Tus funcionarios son como insectos
    que acampan en las paredes en un día frío,
pero cuando sale el sol vuelan,
    y nadie sabe para dónde se fueron.

18 Rey de Asiria, tus pastores están dormidos,
    tu gente importante se fue a descansar;
tu pueblo está esparcido por los montes
    y no hay quién lo vuelva a juntar.
19 No hay forma de curar tu fractura;
    tu herida es incurable.
Se alegra todo el que oye las noticias de tu destrucción,
    pues, ¿quién no sufrió tu crueldad sin límite?

Footnotes

  1. 3:8 Tebas Importante ciudad de Egipto que fue destruida por el ejército asirio en el año 663 a. C.

¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje! Chasquido de látigo, y fragor de ruedas, caballo atropellador, y carro que salta; jinete enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud de muertos, y multitud de cadáveres; cadáveres sin fin, y en sus cadáveres tropezarán, a causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos.

Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos, y descubriré tus faldas en tu rostro, y mostraré a las naciones tu desnudez, y a los reinos tu vergüenza. Y echaré sobre ti inmundicias, y te afrentaré, y te pondré como estiércol. Todos los que te vieren se apartarán de ti, y dirán: Nínive es asolada; ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te buscaré consoladores?

¿Eres tú mejor que Tebas, que estaba asentada junto al Nilo, rodeada de aguas, cuyo baluarte era el mar, y aguas por muro? Etiopía era su fortaleza, también Egipto, y eso sin límite; Fut y Libia fueron sus ayudadores. 10 Sin embargo ella fue llevada en cautiverio; también sus pequeños fueron estrellados en las encrucijadas de todas las calles, y sobre sus varones echaron suertes, y todos sus grandes fueron aprisionados con grillos. 11 Tú también serás embriagada, y serás encerrada; tú también buscarás refugio a causa del enemigo. 12 Todas tus fortalezas serán cual higueras con brevas, que si las sacuden, caen en la boca del que las ha de comer. 13 He aquí, tu pueblo será como mujeres en medio de ti; las puertas de tu tierra se abrirán de par en par a tus enemigos; fuego consumirá tus cerrojos.

14 Provéete de agua para el asedio, refuerza tus fortalezas; entra en el lodo, pisa el barro, refuerza el horno. 15 Allí te consumirá el fuego, te talará la espada, te devorará como pulgón; multiplícate como langosta, multiplícate como el langostón. 16 Multiplicaste tus mercaderes más que las estrellas del cielo; la langosta hizo presa, y voló. 17 Tus príncipes serán como langostas, y tus grandes como nubes de langostas que se sientan en vallados en día de frío; salido el sol se van, y no se conoce el lugar donde están.

18 Durmieron tus pastores, oh rey de Asiria, reposaron tus valientes; tu pueblo se derramó por los montes, y no hay quien lo junte. 19 No hay medicina para tu quebradura; tu herida es incurable; todos los que oigan tu fama batirán las manos sobre ti, porque ¿sobre quién no pasó continuamente tu maldad?

Descripción del fin de Nínive

¡Ay de la ciudad sedienta de sangre,
    repleta de mentira,
llena de rapiña,
    aferrada a la presa!
¡Se oye el chasquido de los látigos,
    el estrépito de las ruedas,
el galopar de los caballos,
    el chirrido de los carros,
la carga de la caballería,
    el fulgor de las espadas,
    el centellear de las lanzas!
¡Son muchos los muertos,
    los cuerpos amontonados,
los cadáveres por doquier
    con los que todos tropiezan!
Todo por el deseo desenfrenado de una prostituta seductora,
    maestra en hechicerías.
Esclavizó naciones con su prostitución,
    y pueblos, con su brujería.

«¡Aquí estoy contra ti!»,
    afirma el Señor de los Ejércitos.
«Te levantaré la falda hasta la cara
    para que las naciones vean tu desnudez
    y los reinos descubran tus vergüenzas.
Arrojaré sobre ti inmundicias,
    te trataré con desprecio
    y haré de ti un espectáculo.
Todos los que te vean huirán de ti
    y dirán: “¡Nínive ha sido devastada!
¿Quién hará duelo por ella?”.
    ¿Dónde hallaré quien la consuele?».

Destrucción total de Nínive

¿Acaso eres mejor que Tebas,[a]
    ciudad rodeada de aguas,
    asentada junto a las corrientes del Nilo,
que tiene al mar por terraplén
    y a las aguas por muralla?
Cus y Egipto eran su fuerza ilimitada,
    Fut y Libia eran sus aliados.
10 Con todo, Tebas marchó al exilio;
    fue llevada al cautiverio.
A sus hijos los estrellaron
    contra las esquinas de las calles.
Sobre sus nobles echaron suertes
    y encadenaron a su gente ilustre.
11 También tú, Nínive, te embriagarás
    y se embotarán tus sentidos.
También tú, por causa del enemigo,
    tendrás que buscar refugio.

12 Todas tus fortalezas son higueras
    cargadas de brevas maduras:
si las sacuden,
    caen en la boca del que se las come.
13 Mira, al enfrentarse al enemigo
    tus tropas se portan como cobardes.
Las puertas de tu país
    quedarán abiertas de par en par,
    porque el fuego consumirá tus cerrojos.

Defensa inútil

14 ¡Abastécete de agua para el asedio,
    refuerza tus fortificaciones!
¡Métete al barro, pisa la mezcla
    y repara los ladrillos!
15 Porque allí mismo te consumirá el fuego
    y te exterminará la espada.
    ¡Como langosta pequeña te devorará!
¡Multiplícate como larva,
    reprodúcete como langosta!
16 Aumentaste tus mercaderes
    más que las estrellas de los cielos,
pero como langostas pequeñas
    devoran la tierra y se van volando.
17 Tus guardianes son como langostas
    y tus oficiales, como enjambres de langostas
    que en días fríos se posan sobre los muros,
pero que al salir el sol desaparecen,
    y nadie sabe dónde hallarlos.

18 Rey de Asiria,
    tus pastores duermen
    y tus nobles descansan.
Tu pueblo anda disperso por los montes
    y no hay quien lo reúna.
19 Tu herida no tiene remedio;
    tu llaga es incurable.
Todos los que sepan lo que te ha pasado
    aplaudirán por tu desgracia.
Pues ¿quién no fue víctima
    de tu constante maldad?

Footnotes

  1. 3:8 Tebas. Lit. No Amón.