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La corrupción general

¡Ay de mí! ¡He venido a ser como los últimos frutos del verano, como el rebusco después de la vendimia! Ya no queda racimo que comer; mi alma desea los primeros higos. El piadoso ha desaparecido de la tierra; no hay ni uno que sea recto entre los hombres. Cada cual acecha la vida; cada cual caza a su prójimo con una red. Han adiestrado sus manos para hacer el mal[a]: El gobernante exige, el juez juzga por soborno y el poderoso habla según el antojo de su alma; y así lo retuercen.

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Footnotes

  1. Miqueas 7:3 Según LXX; otra trad., la hacen abominable.