³⁵ El pueblo estaba allí mirando; y aun los gobernantes^(A) se burlaban de Él, diciendo: «A otros salvó; que se salve Él mismo^(B) si Este es el Cristo^[a] de Dios, Su Escogido».

²⁶ Y vean, habla en público y no le dicen nada. ¿No será que en verdad los gobernantes^(A) reconocen que Este es el Cristo^[a]?

⁴⁸ ¿Acaso ha creído en Él alguien de los gobernantes^(A) o de los fariseos?

⁴² Sin embargo, muchos, aun de los gobernantes^(A), creyeron en Él^(B), pero por causa de los fariseos^(C) no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga^(D).

¹⁷ Y ahora, hermanos, yo sé que obraron por ignorancia^(A), lo mismo que sus gobernantes^(B).

Pedro y Juan ante el Concilio

⁵ Sucedió que al día siguiente se reunieron en Jerusalén sus gobernantes, ancianos^(A) y escribas.

⁸ Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo^(A), les dijo: «Gobernantes y ancianos^(B) del pueblo,

²⁷ Pues los que habitan en Jerusalén y sus gobernantes^(A), sin reconocer a Jesús^(B) ni las palabras^[a] de los profetas^(C) que se leen todos los días de reposo^(D), cumplieron estas escrituras, cuando lo condenaron.