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Guerra de Israel contra Benjamín

20 Entonces todos los israelitas se unieron como un solo hombre, desde Dan en el norte hasta Beerseba en el sur, incluidos los del otro lado del Jordán, en la tierra de Galaad. Toda la comunidad se reunió en asamblea ante la presencia del Señor en Mizpa. Los líderes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel—cuatrocientos mil guerreros armados con espadas—, ocuparon sus puestos en la asamblea del pueblo de Dios. (Pronto llegó la noticia a la tierra de Benjamín de que las otras tribus habían subido a Mizpa). Entonces los israelitas preguntaron cómo había sucedido ese crimen tan terrible.

El levita, el esposo de la mujer asesinada, explicó:

—Mi concubina y yo nos detuvimos para pasar la noche en Guibeá, una ciudad que pertenece a la tribu de Benjamín. Esa noche, algunos de los ciudadanos prominentes de Guibeá rodearon la casa con la intención de matarme, y violaron a mi concubina hasta que quedó muerta. Entonces corté su cuerpo en doce pedazos y envié los pedazos por todo el territorio asignado a Israel, porque esos hombres han cometido un crimen terrible y vergonzoso. Ahora bien, todos ustedes—la comunidad entera de Israel—tienen que decidir aquí y ahora qué debe hacerse al respecto.

Y todo el pueblo se puso de pie al mismo tiempo y proclamó a una voz:

—¡Ninguno de nosotros volverá a su hogar! ¡No, ni una sola persona! En cambio, haremos lo siguiente con Guibeá: echaremos suertes para decidir quién la atacará. 10 Una décima parte de los hombres[a] de cada tribu se encargará de abastecer a los guerreros con provisiones; los demás nos vengaremos de Guibeá,[b] en Benjamín, por la infamia que sus hombres han cometido en Israel.

11 Así que los israelitas estaban en total unanimidad, y se juntaron para atacar la ciudad.

12 Los israelitas enviaron mensajeros a la tribu de Benjamín, diciendo: «¡Qué acto tan terrible se ha cometido en medio de ustedes! 13 Entréguennos a esos hombres malvados, a esos perturbadores de Guibeá, para que los ejecutemos y así purifiquemos a Israel de semejante maldad».

Pero los de Benjamín no quisieron escuchar. 14 En cambio, salieron de sus ciudades y se juntaron en Guibeá para pelear contra los israelitas. 15 En total, de toda la tribu de Benjamín, llegaron a Guibeá veintiséis mil guerreros armados con espadas, los cuales se sumaron a los setecientos guerreros selectos que vivían allí. 16 Entre las tropas selectas de Benjamín había setecientos hombres zurdos, capaces de tirar una piedra con la honda y acertar en un cabello sin errar el blanco. 17 Israel, a su vez, tenía cuatrocientos mil soldados con experiencia en la guerra, armados con espadas, sin contar a los guerreros de Benjamín.

18 Antes de la batalla, los israelitas fueron a Betel y le preguntaron a Dios:

—¿Cuál de las tribus debe ser la primera en atacar a la gente de Benjamín?

El Señor contestó:

—Judá debe ir primero.

19 Entonces los israelitas salieron temprano a la mañana siguiente y acamparon cerca de Guibeá. 20 Después avanzaron hacia Guibeá para atacar a los hombres de Benjamín. 21 Pero los guerreros de Benjamín, que estaban defendiendo la ciudad, salieron y mataron ese día a veintidós mil israelitas en el campo de batalla.

22 Sin embargo, los israelitas se animaron unos a otros y otra vez tomaron sus posiciones en el mismo lugar donde habían luchado el día anterior. 23 Pues habían subido a Betel y habían llorado en presencia del Señor hasta la noche. Le habían preguntado al Señor:

—¿Debemos salir nuevamente a pelear contra nuestros parientes de Benjamín?

Y el Señor había dicho:

—Salgan a pelear contra ellos.

24 Así que, al día siguiente, volvieron a pelear contra los hombres de Benjamín, 25 pero los hombres de Benjamín mataron a otros dieciocho mil israelitas, todos ellos expertos en el uso de la espada.

26 Entonces todos los israelitas subieron a Betel y lloraron en presencia del Señor, y ayunaron hasta la noche. También le llevaron al Señor ofrendas quemadas y ofrendas de paz. 27 Los israelitas fueron a buscar dirección del Señor. (En esos días el arca del pacto de Dios estaba en Betel, 28 y el sacerdote era Finees, hijo de Eleazar y nieto de Aarón). Los israelitas le preguntaron al Señor:

—¿Debemos volver a pelear contra nuestros parientes de Benjamín o debemos detenernos?

El Señor dijo:

—¡Vayan! Mañana se los entregaré.

29 Entonces los israelitas armaron una emboscada alrededor de Guibeá. 30 Salieron al tercer día, y tomaron sus posiciones en los mismos lugares que antes. 31 Cuando los hombres de Benjamín salieron a atacar, fueron alejados de la ciudad. Y tal como habían hecho antes, comenzaron a matar a los israelitas. Unos treinta israelitas murieron en campo abierto y por los dos caminos, uno que lleva a Betel, y el otro que lleva de vuelta a Guibeá.

32 Entonces los guerreros de Benjamín gritaron: «¡Los estamos derrotando igual que antes!»; pero los israelitas habían planeado huir de antemano, para que los hombres de Benjamín salieran a perseguirlos por los caminos y quedaran alejados de la ciudad.

33 Cuando los guerreros israelitas llegaron a Baal-tamar, se dieron vuelta y tomaron sus posiciones de batalla. Mientras tanto, los israelitas que estaban escondidos en emboscada al occidente[c] de Guibeá salieron de repente a pelear. 34 Sumaban diez mil los guerreros israelitas selectos que avanzaron contra Guibeá. El enfrentamiento fue tan intenso que Benjamín no se dio cuenta del desastre que se avecinaba. 35 Y el Señor ayudó a Israel a derrotar a Benjamín, y ese día los israelitas mataron a veinticinco mil cien guerreros de Benjamín, todos expertos en el manejo de la espada. 36 Entonces los hombres de Benjamín se dieron cuenta de que estaban vencidos.

Los israelitas habían retrocedido frente a los guerreros de Benjamín para que los que estaban escondidos en emboscada tuvieran más terreno para maniobrar contra Guibeá. 37 Entonces los que estaban escondidos en los alrededores se lanzaron contra la ciudad y mataron a todos los habitantes. 38 Habían acordado hacer una gran columna de humo desde la ciudad como señal. 39 Cuando los israelitas vieron el humo, se dieron vuelta y atacaron a los guerreros de Benjamín.

Para entonces, los guerreros de Benjamín habían matado a unos treinta israelitas y gritaban: «¡Los estamos derrotando como en la primera batalla!». 40 Pero cuando los guerreros de Benjamín miraron hacia atrás y vieron el humo que se elevaba al cielo desde todos los rincones de la ciudad, 41 los hombres de Israel giraron y los atacaron. En ese instante, los hombres de Benjamín se aterrorizaron, porque se dieron cuenta de que se les venía el desastre encima. 42 Así que dieron media vuelta y huyeron frente a los israelitas hacia el desierto. Pero no pudieron escapar de la batalla, y la gente que salió de las ciudades cercanas también pereció.[d] 43 Los israelitas cercaron a los hombres de Benjamín y los persiguieron sin tregua, hasta que por fin los alcanzaron al oriente de Guibeá.[e] 44 Ese día murieron en batalla dieciocho mil de los guerreros más fuertes de Benjamín. 45 Los sobrevivientes huyeron al desierto, hacia la roca de Rimón, pero Israel mató a cinco mil de ellos a lo largo del camino. Los israelitas continuaron persiguiéndolos hasta que mataron a otros dos mil cerca de Gidom.

46 Ese día la tribu de Benjamín perdió veinticinco mil guerreros fuertes armados con espada, 47 y quedaron solo seiscientos hombres, quienes escaparon a la roca de Rimón, donde vivieron durante cuatro meses. 48 Entonces los israelitas regresaron al territorio de Benjamín y en todas las ciudades masacraron a todo ser viviente: a la gente, a los animales y a todo lo que encontraron. También quemaron por completo todas las ciudades por las que pasaron.

Footnotes

  1. 20:10a En hebreo diez hombres de cada cien, cien hombres de cada mil, y mil hombres de cada diez mil.
  2. 20:10b En hebreo Geba, una variante de Guibeá en este caso; también en 20:33.
  3. 20:33 Así aparece en la versión griega, en la siríaca y en la Vulgata Latina; en hebreo dice escondidos en espacio abierto.
  4. 20:42 O batalla, porque la gente de las ciudades cercanas también salió y los mató.
  5. 20:43 El significado del texto hebreo es incierto.

La guerra contra Benjamín

20 Entonces salieron todos los hijos de Israel, y se reunió la congregación como un solo hombre, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, a Jehová en Mizpa. Y los jefes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, se hallaron presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos mil hombres de a pie que sacaban espada. Y los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido a Mizpa. Y dijeron los hijos de Israel: Decid cómo fue esta maldad. Entonces el varón levita, marido de la mujer muerta, respondió y dijo: Yo llegué a Gabaa de Benjamín con mi concubina, para pasar allí la noche. Y levantándose contra mí los de Gabaa, rodearon contra mí la casa por la noche, con idea de matarme, y a mi concubina la humillaron de tal manera que murió. Entonces tomando yo mi concubina, la corté en pedazos, y la envié por todo el territorio de la posesión de Israel, por cuanto han hecho maldad y crimen en Israel. He aquí todos vosotros sois hijos de Israel; dad aquí vuestro parecer y consejo.

Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se levantó, y dijeron: Ninguno de nosotros irá a su tienda, ni volverá ninguno de nosotros a su casa. Mas esto es ahora lo que haremos a Gabaa: contra ella subiremos por sorteo. 10 Tomaremos diez hombres de cada ciento por todas las tribus de Israel, y ciento de cada mil, y mil de cada diez mil, que lleven víveres para el pueblo, para que yendo a Gabaa de Benjamín le hagan conforme a toda la abominación que ha cometido en Israel. 11 Y se juntaron todos los hombres de Israel contra la ciudad, ligados como un solo hombre.

12 Y las tribus de Israel enviaron varones por toda la tribu de Benjamín, diciendo: ¿Qué maldad es esta que ha sido hecha entre vosotros? 13 Entregad, pues, ahora a aquellos hombres perversos que están en Gabaa, para que los matemos, y quitemos el mal de Israel. Mas los de Benjamín no quisieron oír la voz de sus hermanos los hijos de Israel, 14 sino que los de Benjamín se juntaron de las ciudades en Gabaa, para salir a pelear contra los hijos de Israel. 15 Y fueron contados en aquel tiempo los hijos de Benjamín de las ciudades, veintiséis mil hombres que sacaban espada, sin los que moraban en Gabaa, que fueron por cuenta setecientos hombres escogidos. 16 De toda aquella gente había setecientos hombres escogidos, que eran zurdos, todos los cuales tiraban una piedra con la honda a un cabello, y no erraban. 17 Y fueron contados los varones de Israel, fuera de Benjamín, cuatrocientos mil hombres que sacaban espada, todos estos hombres de guerra.

18 Luego se levantaron los hijos de Israel, y subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y Jehová respondió: Judá será el primero.

19 Se levantaron, pues, los hijos de Israel por la mañana, contra Gabaa. 20 Y salieron los hijos de Israel a combatir contra Benjamín, y los varones de Israel ordenaron la batalla contra ellos junto a Gabaa. 21 Saliendo entonces de Gabaa los hijos de Benjamín, derribaron por tierra aquel día veintidós mil hombres de los hijos de Israel. 22 Mas reanimándose el pueblo, los varones de Israel volvieron a ordenar la batalla en el mismo lugar donde la habían ordenado el primer día. 23 Porque los hijos de Israel subieron y lloraron delante de Jehová hasta la noche, y consultaron a Jehová, diciendo: ¿Volveremos a pelear con los hijos de Benjamín nuestros hermanos? Y Jehová les respondió: Subid contra ellos.

24 Por lo cual se acercaron los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín el segundo día. 25 Y aquel segundo día, saliendo Benjamín de Gabaa contra ellos, derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada. 26 Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la noche; y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová. 27 Y los hijos de Israel preguntaron a Jehová (pues el arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días, 28 y Finees hijo de Eleazar, hijo de Aarón, ministraba delante de ella en aquellos días), y dijeron: ¿Volveremos aún a salir contra los hijos de Benjamín nuestros hermanos, para pelear, o desistiremos? Y Jehová dijo: Subid, porque mañana yo os los entregaré.

29 Y puso Israel emboscadas alrededor de Gabaa. 30 Subiendo entonces los hijos de Israel contra los hijos de Benjamín el tercer día, ordenaron la batalla delante de Gabaa, como las otras veces. 31 Y salieron los hijos de Benjamín al encuentro del pueblo, alejándose de la ciudad; y comenzaron a herir a algunos del pueblo, matándolos como las otras veces por los caminos, uno de los cuales sube a Bet-el, y el otro a Gabaa en el campo; y mataron unos treinta hombres de Israel. 32 Y los hijos de Benjamín decían: Vencidos son delante de nosotros, como antes. Mas los hijos de Israel decían: Huiremos, y los alejaremos de la ciudad hasta los caminos. 33 Entonces se levantaron todos los de Israel de su lugar, y se pusieron en orden de batalla en Baal-tamar; y también las emboscadas de Israel salieron de su lugar, de la pradera de Gabaa. 34 Y vinieron contra Gabaa diez mil hombres escogidos de todo Israel, y la batalla arreciaba; mas ellos no sabían que ya el desastre se acercaba a ellos. 35 Y derrotó Jehová a Benjamín delante de Israel; y mataron los hijos de Israel aquel día a veinticinco mil cien hombres de Benjamín, todos los cuales sacaban espada.

36 Y vieron los hijos de Benjamín que eran derrotados; y los hijos de Israel cedieron campo a Benjamín, porque estaban confiados en las emboscadas que habían puesto detrás de Gabaa. 37 Y los hombres de las emboscadas acometieron prontamente a Gabaa, y avanzaron e hirieron a filo de espada a toda la ciudad. 38 Y era la señal concertada entre los hombres de Israel y las emboscadas, que hiciesen subir una gran humareda de la ciudad. 39 Luego, pues, que los de Israel retrocedieron en la batalla, los de Benjamín comenzaron a herir y matar a la gente de Israel como treinta hombres, y ya decían: Ciertamente ellos han caído delante de nosotros, como en la primera batalla. 40 Mas cuando la columna de humo comenzó a subir de la ciudad, los de Benjamín miraron hacia atrás; y he aquí que el humo de la ciudad subía al cielo. 41 Entonces se volvieron los hombres de Israel, y los de Benjamín se llenaron de temor, porque vieron que el desastre había venido sobre ellos. 42 Volvieron, por tanto, la espalda delante de Israel hacia el camino del desierto; pero la batalla los alcanzó, y los que salían de las ciudades los destruían en medio de ellos. 43 Así cercaron a los de Benjamín, y los acosaron y hollaron desde Menúha hasta enfrente de Gabaa hacia donde nace el sol. 44 Y cayeron de Benjamín dieciocho mil hombres, todos ellos hombres de guerra. 45 Volviéndose luego, huyeron hacia el desierto, a la peña de Rimón, y de ellos fueron abatidos cinco mil hombres en los caminos; y fueron persiguiéndolos aun hasta Gidom, y mataron de ellos a dos mil hombres. 46 Fueron todos los que de Benjamín murieron aquel día, veinticinco mil hombres que sacaban espada, todos ellos hombres de guerra. 47 Pero se volvieron y huyeron al desierto a la peña de Rimón seiscientos hombres, los cuales estuvieron en la peña de Rimón cuatro meses. 48 Y los hombres de Israel volvieron sobre los hijos de Benjamín, y los hirieron a filo de espada, así a los hombres de cada ciudad como a las bestias y todo lo que fue hallado; asimismo pusieron fuego a todas las ciudades que hallaban.

Los israelitas derrotan a los benjamitas

20 Todos los israelitas desde Dan hasta Berseba, incluso los de la tierra de Galaad, salieron como un solo hombre y se reunieron ante el Señor en Mizpa. Los jefes de todo el pueblo, es decir, de todas las tribus de Israel, tomaron sus puestos en la asamblea del pueblo de Dios. Eran cuatrocientos mil soldados armados con espadas. A su vez, los de la tribu de Benjamín se enteraron de que los israelitas habían subido a Mizpa. Entonces los israelitas dijeron al levita:

—Cuéntanos cómo sucedió esta infamia.

El levita, esposo de la mujer asesinada, respondió:

—Mi concubina[a] y yo llegamos a Guibeá de Benjamín para pasar la noche. Durante la noche los hombres de Guibeá se levantaron contra mí y rodearon la casa, con la intención de matarme. Luego violaron a mi concubina de tal manera que murió. Entonces la tomé, la corté en pedazos y envié un pedazo a cada tribu en el territorio israelita, porque esa gente cometió un acto depravado e infame en Israel. Ahora, todos ustedes, israelitas, opinen y tomen una decisión aquí mismo.

Todo el pueblo se levantó como un solo hombre y dijo:

—¡Ninguno de nosotros volverá a su tienda de campaña! ¡Nadie regresará a su casa! Y esto es lo que haremos ahora a Guibeá: Echaremos suertes para ver quiénes subirán contra ella. 10 De entre todas las tribus de Israel, tomaremos a diez hombres de cada cien, a cien de cada mil y a mil de cada diez mil, para conseguir provisiones para el ejército. Cuando el ejército llegue a Gueba[b] de Benjamín, les dará su merecido por toda la infamia cometida en Israel.

11 Así que todos los israelitas, como un solo hombre, unieron sus fuerzas contra la ciudad.

12 Las tribus de Israel enviaron mensajeros por toda la tribu de Benjamín, diciendo: «¿Qué les parece este crimen que se cometió entre ustedes? 13 Entreguen ahora a esos hombres perversos de Guibeá para que los matemos y eliminemos así la maldad en Israel».

Pero los de la tribu de Benjamín no quisieron hacerles caso a sus hermanos israelitas. 14 Al contrario, gente de todas sus ciudades se reunió en Guibeá para luchar contra los israelitas. 15 En aquel día los de Benjamín movilizaron de entre sus ciudades veintiséis mil soldados armados de espada, además de setecientos hombres escogidos de los que vivían en Guibeá. 16 Entre todos ellos había setecientos soldados escogidos que eran zurdos, todos ellos capaces de lanzar con la honda una piedra contra un cabello, sin errar.

17 Israel, sin contar a Benjamín, movilizó a cuatrocientos mil soldados armados de espada, todos ellos expertos guerreros.

18 Los israelitas subieron a Betel y consultaron a Dios. Le preguntaron:

—¿Cuál de nosotros será el primero en combatir a los de la tribu de Benjamín?

El Señor respondió:

—Judá será el primero.

19 Los israelitas se levantaron temprano y acamparon frente a Guibeá; 20 salieron a luchar contra los de Benjamín, y frente a Guibeá se dispusieron contra ellos en orden de batalla. 21 Pero los de Benjamín salieron de Guibeá y abatieron aquel día a veintidós mil israelitas en el campo de batalla. 22 Los israelitas se animaron unos a otros y volvieron a presentar batalla donde se habían apostado el primer día, 23 pues habían subido a llorar en presencia del Señor hasta el anochecer y le habían consultado:

—¿Debemos subir y volver a luchar contra los de Benjamín, nuestros hermanos?

Y el Señor les había contestado:

—Suban contra ellos.

24 Fue así como los israelitas se acercaron a Benjamín el segundo día. 25 Los de Benjamín salieron de Guibeá para combatirlos, abatiendo esta vez a dieciocho mil israelitas más, todos ellos armados con espadas.

26 Entonces los israelitas, con todo el pueblo, subieron a Betel y allí se sentaron y lloraron en presencia del Señor. Ayunaron aquel día hasta el anochecer y presentaron al Señor holocaustos y sacrificios de comunión. 27 Después consultaron al Señor, pues en aquel tiempo estaba allí el arca del pacto de Dios, 28 y Finés, hijo de Eleazar y nieto de Aarón, ministraba delante de ella. Preguntaron:

—¿Debemos subir y volver a luchar contra los de Benjamín, nuestros hermanos, o nos retiramos?

El Señor respondió:

—Suban, porque mañana los entregaré en sus manos.

29 Israel tendió una emboscada alrededor de Guibeá. 30 Al tercer día subieron contra los de Benjamín y se pusieron en orden de batalla contra Guibeá, como lo habían hecho antes. 31 Los de Benjamín salieron a su encuentro y se vieron obligados a alejarse de la ciudad. Comenzaron a causar bajas entre los israelitas, como en las ocasiones anteriores, y alcanzaron a matar a unos treinta hombres en el campo abierto, por el camino que lleva a Betel y también por el que lleva a Guibeá.

32 Los benjamitas decían: «Los estamos derrotando como antes», pero los israelitas decían: «Huyamos, para que se alejen de la ciudad hasta los caminos».

33 De pronto, los israelitas cambiaron de táctica y presentaron batalla en Baal Tamar, y los israelitas que estaban emboscados salieron a atacar al oeste[c] de Gueba.[d] 34 Diez mil de los mejores guerreros de Israel lanzaron un ataque frontal contra Gueba, y fue tan intenso el combate que los benjamitas no se dieron cuenta de que la calamidad se les venía encima. 35 El Señor derrotó a Benjamín delante de Israel, y aquel día los israelitas mataron a veinticinco mil cien hombres de la tribu de Benjamín, todos ellos armados con espadas. 36 Allí los de Benjamín cayeron en cuenta de que habían sido vencidos.

Los hombres de Israel habían cedido terreno delante de Benjamín, porque confiaban en la emboscada que habían tendido contra Gueba. 37 De repente, los hombres que habían estado emboscados asaltaron a Gueba, se desplegaron y mataron a filo de espada a todos los habitantes de la ciudad. 38 Los israelitas habían acordado con los que estaban emboscados que, cuando estos levantaran una gran nube de humo desde la ciudad, 39 los hombres de Israel volverían a la batalla.

Cuando los de Benjamín comenzaron a causar bajas entre los israelitas, matando a unos treinta, se decían: «¡Los estamos derrotando, como en la primera batalla!». 40 Pero cuando la columna de humo comenzó a levantarse de la ciudad, los de Benjamín se dieron vuelta y vieron que el fuego de la ciudad entera subía al cielo. 41 En ese momento, atacaron los israelitas, y los hombres de Benjamín se aterrorizaron al darse cuenta de que la calamidad se les venía encima. 42 Así que huyeron ante los israelitas por el camino del desierto; pero no pudieron escapar de la batalla, pues a los que salían de las ciudades los abatieron allí. 43 Rodearon a los de Benjamín; los persiguieron y los aplastaron con facilidad[e] en las inmediaciones de Gueba, hacia el lado oriental. 44 Cayeron dieciocho mil de la tribu de Benjamín, todos ellos guerreros valientes. 45 Cuando se volvieron y huyeron hacia el desierto, a la peña de Rimón, los israelitas abatieron a cinco mil hombres junto a los caminos. Continuaron persiguiéndolos hasta Guidón y mataron a dos mil más.

46 Aquel día cayeron en combate veinticinco mil soldados benjamitas armados con espada, todos ellos guerreros valientes. 47 Pero seiscientos hombres se volvieron y huyeron por el desierto hasta la peña de Rimón, donde permanecieron cuatro meses. 48 Los israelitas se volvieron contra los de Benjamín y mataron a filo de espada a los habitantes de todas las ciudades, incluso a los animales, y destrozaron todo lo que encontraron a su paso. También les prendieron fuego a todas las ciudades.

Footnotes

  1. 20:4 Véase nota en Gn 22:24.
  2. 20:10 Según la mayoría de manuscritos hebreos; un manuscrito hebreo dice Guibeá, una variante de Gueba.
  3. 20:33 oeste (mss. de LXX y Vulgata); palabra de difícil traducción.
  4. 20:33 Según el texto hebreo; Gueba es una variante de Guibeá.
  5. 20:43 con facilidad. Palabra de difícil traducción.