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19 Egipto se convertirá en un baldío
    y Edom en un desierto desolado
porque fueron crueles con los hijos de Judá
    y en su territorio derramaron sangre inocente.
20 Jerusalén y Judá serán habitadas para siempre,
    de generación en generación.
21 No perdonaré a quienes derramaron la sangre de mi pueblo;
    no quedarán sin castigo».

Y el SEÑOR habitará en Sion para siempre.

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