30 ¡Jamás he permitido que mi boca peque
    pidiendo que le vaya mal!
31 ¿Quién bajo mi techo no sació su hambre
    con los manjares de mi mesa?
32 Jamás mis puertas se cerraron al viajero;
    jamás un extraño pasó la noche en la calle.

Read full chapter

Bible Gateway Recommends