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Fracaso de los tres sabios amigos

34 Elihú continuó con su discurso:

Escuchad, sabios, mis palabras;
prestadme atención los doctos,
pues el oído distingue las palabras
lo mismo que la boca los sabores.
Pongámonos de acuerdo en lo que es justo;
aclaremos entre nosotros lo que es bueno.
Job ha dicho: “Soy inocente,
pero Dios anula mi derecho.
¿Voy a mentir sobre mi caso?
Me hieren de muerte sin culpa”.
¿Hay por ventura alguien como Job,
que beba sarcasmos como agua?
Anda acompañado de malhechores,
busca la sociedad de los malvados,
y dice: “Nada se consigue
buscando el favor de Dios”.
10 Escuchadme, quienes sois sensatos:
¡Lejos de Dios la maldad,
lejos del Todopoderoso la injusticia!
11 Paga a cada uno según sus acciones,
trata a los humanos según su conducta.
12 Está claro que Dios no actúa con maldad,
que el Todopoderoso no pervierte el derecho.
13 ¿Quién le encargó del cuidado de la tierra
y le confió la custodia del universo?
14 Si decidiera por propia voluntad
retirar su espíritu y su aliento,
15 perecerían todos los vivientes,
volverían los humanos al polvo.
16 Si tienes conocimiento, escucha;
presta atención a mis palabras.
17 ¿Podría gobernar quien odia la justicia?
¿Vas a condenar al que es justo y poderoso,
18 al que puede llamar a un rey “canalla”
o tratar de “bandidos” a los nobles?
19 ¿Al que no tiene preferencia por los príncipes,
ni favorece al grande contra el débil,
porque todos han sido creados por él?
20 Todos mueren de pronto, a medianoche;
se alborota la gente y desaparecen;
el tirano es derribado sin esfuerzo.
21 Dios vigila la conducta humana,
controla cualquier comportamiento;
22 no hay sombra ni densa tiniebla
que pueda ocultar al malvado.
23 No es el ser humano quien decide
cuándo ha de comparecer ante el Dios
24 que destruye a los poderosos sin indagar
y establece a otros en su lugar.
25 Como Dios conoce bien sus acciones,
de noche los trastorna y destruye;
26 les paga su maldad azotándolos
en un lugar donde la gente los vea,
27 por haberle sido desleales,
por haber ignorado sus designios,
28 provocando ante él el grito del pobre,
haciéndole oír el gemido del necesitado.
29 Si Dios guarda silencio,
¿quién condenará al malvado?
Si oculta su rostro, ¿quién podrá verlo?
Pero él vigila a personas y países,
30 para evitar que prevalezca un impío
y someta al pueblo a su capricho.
31 Si alguien reconoce ante Dios:
“Me he enorgullecido, no lo haré más;
32 enséñame tú lo que yo no puedo ver;
si algo malo he hecho, no reincidiré”,
33 ¿debería [Dios] castigar, en tu opinión,
cuando tú rechazas su criterio?
Eres tú quien debe decidir, no yo;
demuestra todo lo que sabes.
34 Si la gente sensata me escuchara,
si los sabios me oyesen, dirían:
35 “Job no argumenta con sensatez;
sus palabras carecen de sentido.
36 Debería ser examinado hasta el extremo,
pues responde igual que los malvados;
37 se empeña en seguir pecando,
se burla de nosotros,
multiplica sus palabras contra Dios”.

Eliú justifica a Dios

34 Además Eliú dijo:

Oíd, sabios, mis palabras;

Y vosotros, doctos, estadme atentos.

Porque el oído prueba las palabras,

Como el paladar gusta lo que uno come.

Escojamos para nosotros el juicio,

Conozcamos entre nosotros cuál sea lo bueno.

Porque Job ha dicho: Yo soy justo,

Y Dios me ha quitado mi derecho.

¿He de mentir yo contra mi razón?

Dolorosa es mi herida sin haber hecho yo transgresión.

¿Qué hombre hay como Job,

Que bebe el escarnio como agua,

Y va en compañía con los que hacen iniquidad,

Y anda con los hombres malos?

Porque ha dicho: De nada servirá al hombre

El conformar su voluntad a Dios.

10 Por tanto, varones de inteligencia, oídme:

Lejos esté de Dios la impiedad,

Y del Omnipotente la iniquidad.

11 Porque él pagará al hombre según su obra,(A)

Y le retribuirá conforme a su camino.

12 Sí, por cierto, Dios no hará injusticia,

Y el Omnipotente no pervertirá el derecho.

13 ¿Quién visitó por él la tierra?

¿Y quién puso en orden todo el mundo?

14 Si él pusiese sobre el hombre su corazón,

Y recogiese así su espíritu y su aliento,

15 Toda carne perecería juntamente,

Y el hombre volvería al polvo.

16 Si, pues, hay en ti entendimiento, oye esto;

Escucha la voz de mis palabras.

17 ¿Gobernará el que aborrece juicio?

¿Y condenarás tú al que es tan justo?

18 ¿Se dirá al rey: Perverso;

Y a los príncipes: Impíos?

19 ¿Cuánto menos a aquel que no hace acepción de personas de príncipes.

Ni respeta más al rico que al pobre,

Porque todos son obra de sus manos?

20 En un momento morirán,

Y a medianoche se alborotarán los pueblos, y pasarán,

Y sin mano será quitado el poderoso.

21 Porque sus ojos están sobre los caminos del hombre,

Y ve todos sus pasos.

22 No hay tinieblas ni sombra de muerte

Donde se escondan los que hacen maldad.

23 No carga, pues, él al hombre más de lo justo,

Para que vaya con Dios a juicio.

24 Él quebrantará a los fuertes sin indagación,

Y hará estar a otros en su lugar.

25 Por tanto, él hará notorias las obras de ellos,

Cuando los trastorne en la noche, y sean quebrantados.

26 Como a malos los herirá

En lugar donde sean vistos;

27 Por cuanto así se apartaron de él,

Y no consideraron ninguno de sus caminos,

28 Haciendo venir delante de él el clamor del pobre,

Y que oiga el clamor de los necesitados.

29 Si él diere reposo, ¿quién inquietará?

Si escondiere el rostro, ¿quién lo mirará?

Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre;

30 Haciendo que no reine el hombre impío

Para vejaciones del pueblo.

31 De seguro conviene que se diga a Dios:

He llevado ya castigo, no ofenderé ya más;

32 Enséñame tú lo que yo no veo;

Si hice mal, no lo haré más.

33 ¿Ha de ser eso según tu parecer?

Él te retribuirá, ora rehúses, ora aceptes, y no yo;

Di, si no, lo que tú sabes.

34 Los hombres inteligentes dirán conmigo,

Y el hombre sabio que me oiga:

35 Que Job no habla con sabiduría,

Y que sus palabras no son con entendimiento.

36 Deseo yo que Job sea probado ampliamente,

A causa de sus respuestas semejantes a las de los hombres inicuos.

37 Porque a su pecado añadió rebeldía;

Bate palmas contra nosotros,

Y contra Dios multiplica sus palabras.