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¡Huyan! ¡Sálvese quien pueda!
    Sean como los arbustos del desierto.

»Por confiar en tus obras y en tus riquezas,
    tú también serás capturada.
Así que tu dios Quemós saldrá al exilio,
    junto con sus sacerdotes y altos funcionarios.
El destructor irá a cada ciudad,
    y ninguna escapará.
También el valle será arrasado
    y la meseta quedará en ruinas,
    tal como lo ha decidido el SEÑOR.

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