Add parallel Print Page Options

31 Por eso lloraré y me lamentaré
por todo el pueblo de Moab
y por los hombres de Quir-heres.
32 Lloraré por ti, viñedo de Sibmá,
más de lo que se lloró por Jazer.
Tus ramas pasaban más allá del mar
y llegaban hasta Jazer.
Pero ahora tu cosecha de uvas
ha quedado destruida.
33 Ya no se oyen gritos de contento
en los jardines de Moab.
El vino se ha acabado en los depósitos.
Ya no hay quien pise las uvas,
ya no hay más cantos de alegría.

Read full chapter