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Alcen la enseña hacia Sión;
en marcha, no se detengan,
pues traigo una desgracia del norte,
acompañada de una gran calamidad.
Sube un león de la espesura,
se apresta un destructor de pueblos;
ya está saliendo de su escondrijo
para hacer de tu tierra un erial;
tus ciudades serán incendiadas,
todas quedarán deshabitadas.
Vístanse, pues, de sayal;
hagan duelo y laméntense,
que no se aparta de nosotros
el incendio de la ira del Señor.

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