Add parallel Print Page Options

Así dice el Señor: Esta ciudad será entregada en manos del ejército del rey de Babilonia, que la conquistará.

Los dignatarios dijeron al rey:

— Ese hombre debe morir, porque, al hablar de tal modo, está debilitando el ánimo de los soldados que quedan en la ciudad y del resto de la gente. En realidad, ese hombre no busca el bienestar del pueblo, sino su desgracia.

Respondió el rey Sedecías:

— Lo dejo a su disposición, pues ni siquiera el rey puede nada contra ustedes.

Read full chapter