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19 »Yo mismo dije:

»“¡Cómo quisiera tratarte como a un hijo,
    y darte una tierra codiciable,
    la heredad más hermosa de las naciones!”
Yo creía que me llamarías “Padre mío”,
    y que nunca dejarías de seguirme.
20 Pero tú, pueblo de Israel,
    me has sido infiel
    como una mujer infiel a su esposo»,
            afirma el Señor.

21 Se escucha un grito en las lomas estériles,
    la súplica angustiosa del pueblo de Israel,
porque han pervertido su conducta,
    se han olvidado del Señor su Dios.

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