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Hasta los venados en el campo tienen sus crías y luego las abandonan
    porque no hay pastos.
Los animales salvajes se paran sobre los lugares desolados;
    olfatean el aire como lobos,
pero sus ojos se cierran
    porque ya no hay pasto que comer».

SEÑOR, sabemos que nuestros pecados nos condenan,
    pero haz algo para ayudarnos por tu propio honor.
Nos hemos alejado de ti muchas veces
    y hemos pecado contra ti.

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