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18 Di al rey y a la reina madre:
    «¡Humillaos, sentaos en el suelo,
que ya no ostentáis sobre vuestra cabeza
    la corona de gloria!»
19 Las ciudades del Néguev están cerradas,
    y no hay quien abra sus puertas.
Todo Judá se ha ido al destierro,
    exiliado en su totalidad.
20 Alzad los ojos y mirad
    a los que vienen del norte.
¿Dónde está el rebaño que te fue confiado,
    el rebaño que era tu orgullo?

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