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51 Dios también me dijo:

«Voy a enviar una tormenta destructora
contra Babilonia, ese pueblo rebelde.
Mandaré contra ella naciones enteras
para que la lancen al viento,
la destruyan y la dejen vacía.
El día que sea destruida,
la atacarán por todos lados.

»Los soldados babilonios
ya están preparando sus armas,
pero ustedes ni siquiera deben dejar
que se pongan la armadura.
Al contrario, ¡maten a sus jóvenes!,
¡quítenles la vida a sus soldados!
¡Que sus cadáveres queden tendidos
por las calles de Babilonia!

»Todos en Israel y en Judá
son culpables delante de mí,
pero nunca los he abandonado.
Yo soy el Dios todopoderoso;
¡soy el único Dios de Israel!

»¡Salgan ya de Babilonia!
¡Sálvese quien pueda!
¡No tienen por qué morir
por culpa de los babilonios!
Finalmente ha llegado la hora
en que voy a vengarme de ellos.
¡Voy a darles su merecido!
Babilonia fue en mis manos
como una fina copa de oro;
todo el mundo bebió de esa copa
y con el vino se emborrachó.
Pero, cuando menos lo esperaba,
fue derrotada y quedó destruida.
¡Lloren por ella!
¡Busquen algún remedio para su pena,
a ver si recobra la salud!

»Algunas naciones quisieron sanarla,
pero no lo consiguieron.
Eran tantos sus pecados
que llegaban hasta el cielo,
¡más allá de las nubes!

10 »Los israelitas dicen:

“¡Nuestro Dios nos ha hecho justicia!
¡Vayamos y contemos en Jerusalén
lo que Dios ha hecho por nosotros!”

11 »Y yo digo:

“Ustedes, reyes del país de Media,
sáquenle punta a sus flechas
y tengan listos sus escudos,
pues quiero que destruyan a Babilonia.
Los babilonios destruyeron mi templo;
por eso quiero vengarme de ellos.

12 ”¡Den la señal de ataque
y derriben los muros de Babilonia!
¡Vigilen de cerca a los babilonios
y háganlos caer en la trampa!
Yo soy el Dios de Israel
y cumpliré mis planes contra ellos”.

13 »Ustedes los babilonios
viven junto a los ríos
y gozan de grandes riquezas;
¡pero ya les llegó la hora de morir!
14 Voy a enviarles muchos enemigos
que cantarán victoria sobre ustedes.
Yo soy el Dios todopoderoso
y les juro que así lo haré».

Canción de alabanza a Dios

15 «Con su poder y sabiduría,
y con mucha inteligencia,
Dios hizo la tierra, afirmó el mundo
y extendió los cielos.

16 »Basta con que Dios hable
para que rujan los cielos
y aparezcan las nubes en el horizonte.
En medio de fuertes relámpagos
y de vientos huracanados
Dios hace que llueva.

17 »La gente es estúpida, no sabe nada;
los ídolos son una vergüenza
para quienes los fabrican.
Esas imágenes son un engaño;
por supuesto, no tienen vida.
18 No valen nada, son pura fantasía;
cuando Dios las juzgue, serán destruidas.
19 Pero nuestro Dios no es así;
¡él hizo todo lo que existe!
Nuestro Dios nos eligió
y nos hizo su pueblo.
¡Su nombre es el Dios todopoderoso!»

Mi arma de guerra

20 Dios también me dijo:

«Babilonia, tú eres mi arma de guerra.
Contigo destruyo naciones y reinos,
21 contigo destruyo jinetes y caballos,
contigo destruyo carros de guerra.
22 Contigo destruyo hombres y mujeres,
contigo destruyo jóvenes y ancianos,
contigo destruyo muchachos y muchachas.
23 Contigo destruyo ejércitos y generales,
contigo destruyo campesinos y bueyes,
contigo destruyo jefes y gobernantes.

Castigo final de Babilonia

24 »Ustedes, gente de Judá, verán con sus propios ojos cómo voy a castigar a Babilonia y a todos los que viven allí. Los castigaré por todo el daño que le hicieron a Jerusalén. Les juro que así lo haré.

25 »A ti, Babilonia, te dicen “máquina de la destrucción” porque con tu poder destruyes la tierra. Pero yo voy a lanzarme contra ti. Te agarraré entre mis manos y te haré rodar por el precipicio; ¡te convertiré en una máquina inservible! 26 Nunca más tus piedras se usarán para construir, ni para poner los cimientos de casas y edificios. Tu territorio quedará vacío para siempre. Te juro que así será».

Destrucción de Babilonia

27 Dios también me dijo:

«¡Que agiten las naciones su bandera
contra la tierra de Babilonia!
¡Que suene el toque de trompeta,
y que ataquen a Babilonia
los reinos de Ararat, Miní y Askenaz!
¡Que nombren a un general,
y que ataque la caballería!
28 ¡Llamen a los reyes del país de Media,
y a sus gobernadores y oficiales!
¡Llamen a todo el imperio de Media!
¡Llamen a todas las naciones!
¡Que vengan y ataquen a Babilonia!

29 »Los babilonios se retuercen de dolor
porque he decidido llevar a cabo
mis planes contra su país.
¡Voy a destruirlos por completo,
y nadie quedará con vida!

30 »Los soldados de Babilonia
ya no tienen valor para luchar.
Débiles y llenos de miedo,
se han refugiado en sus torres;
mientras tanto, el enemigo
quema casas y derriba puertas.
31-32 Un mensajero tras otro
llega y da al rey la noticia:

“¡Ha caído la ciudad de Babilonia!
El enemigo controla los puentes,
los cañaverales están en llamas,
y todos los soldados babilonios
están temblando de miedo”.

33 »La ciudad de Babilonia
va a quedar tan desierta
como un campo arrasado por el fuego.
¡Llegó la hora de su destrucción!

34 »La gente de Jerusalén se queja
de que el rey de Babilonia
los dejó como un plato vacío.
Dicen que les causó mucho miedo,
que se llevó todas sus riquezas,
que se los tragó como un monstruo
y luego los arrojó a la basura.
35 Ahora me piden que los castigue
por las humillaciones que sufrieron;
¡me piden que paguen con sangre
toda la sangre israelita que derramaron!»

36 Dios le dijo al pueblo de Judá:

«Por todo eso que los babilonios
han hecho con ustedes,
yo los voy a defender,
voy a vengarme de ellos.
Dejaré secos todos sus pozos,
37 y Babilonia quedará en ruinas;
allí vivirán sólo perros salvajes.
Babilonia será un país sin gente,
del que todo el mundo se burlará.

38 »Los babilonios rugen y gruñen
como cachorros de león.
39-40 Cuando tengan hambre,
yo les daré de comer y beber
para que se diviertan y se emborrachen.
Así caerán en un sueño profundo
del que nunca más despertarán;
yo los llevaré al matadero,
como se lleva a los carneros,
a los corderos y a los chivos.
Les juro que así lo haré.

41 »¡La gran ciudad de Babilonia,
a la que todo el mundo admiraba,
ha caído en poder de sus enemigos!
¡Todas las naciones se espantan
al ver cómo ha quedado destruida!

42 »Sus enemigos se levantaron,
como las agitadas olas del mar,
y la inundaron por completo.
43 Sus ciudades han quedado vacías;
nadie vive en ellas,
nadie pasa por allí.
¡Hasta parecen un desierto!

44 »Bel es el dios de Babilonia,
pero yo lo voy a castigar:
¡haré que vomite lo que se comió!
Las naciones ya no vendrán a adorarlo,
y los muros de Babilonia serán derribados.

45-46 »Ustedes, pueblo mío,
no tengan miedo ni se desanimen
por los rumores que se escuchan;
todos los años hay nuevos rumores,
abunda la violencia en el país,
y todos los gobernantes se pelean.
¡Salgan ya de Babilonia,
y pónganse a salvo de mi enojo!

47 »Viene el día en que castigaré
a los dioses de Babilonia.
Todo el país quedará humillado,
y por todas partes habrá cadáveres.
48 Del norte llegarán los ejércitos
que destruirán a Babilonia.
El cielo y la tierra, y todo lo que existe,
entonarán cantos de alegría.
49 Babilonia merece la muerte
por haber matado a tantos israelitas
y a tanta gente de otras naciones.

50 »Ustedes, los de Judá,
que escaparon con vida
cuando Jerusalén fue conquistada,
y ahora viven en lejanas tierras,
¡salgan ya de Babilonia!
Aunque vivan lejos, recuérdenme,
y no se olviden nunca de Jerusalén.

51 »Los extranjeros no respetaron mi santuario.
Por eso ustedes sienten vergüenza,
pues oyen que la gente
los insulta y se burla de ustedes.
52 Pero en un día ya muy cercano
castigaré a los dioses de Babilonia;
¡por todo ese país habrá gritos de dolor!
53 Aunque Babilonia tenga murallas
tan altas como los cielos,
yo voy a enviar un ejército
que derribará esas altas murallas.
Les juro que así lo haré».

54 Dios continuó diciendo:

«¡Escuchen los gritos de terror
que nos llegan desde Babilonia!
¡Babilonia será destruida!
55-57 Se acerca ya un ejército
dispuesto a destruirla.
Sus enemigos rugen como las olas;
por todas partes se escuchan sus gritos.
Los soldados babilonios serán capturados,
y sus armas serán despedazadas.
Haré que se emborrachen
sus jefes y sus sabios,
sus gobernadores y sus oficiales,
y todos sus soldados.
¡Se dormirán, y nunca más despertarán!
Yo dejaré a Babilonia en ruinas,
y pondré fin a sus fiestas.

»Yo soy rey de Israel;
soy el Dios todopoderoso,
y a cada quien le doy su merecido.
Les juro que así lo haré».

58 El Dios de Israel también me dijo:

«Los anchos muros de Babilonia
serán derribados por completo,
y sus majestuosos portones serán quemados.
¡De nada habrá servido tanto esfuerzo
de las naciones y de los pueblos,
pues todo eso acabará en el fuego!»

El rollo de cuero

59-60 Cuando Sedequías tenía cuatro años de reinar en Judá, fue a Babilonia. Con él fue también Seraías, que estaba a cargo de ese viaje. Antes del viaje, yo, Jeremías, le di a Seraías un mensaje. Escribí en un rollo de cuero todas las desgracias que iban a venir sobre Babilonia, 61 luego se lo entregué a Seraías, y le dije:

«En cuanto llegues a Babilonia, deberás leer en voz alta todo lo que aquí dice. 62 Cuando hayas terminado, orarás así a nuestro Dios: “Tú has prometido que vas a destruir este lugar. Has dicho que vas a dejarlo hecho un desierto, y que aquí no podrá vivir ninguna persona ni ningún animal”. 63 Entonces atarás una piedra al rollo, y lo arrojarás al río Éufrates. 64 Luego dirás: “Así como este rollo de cuero se hundió en el río, también Babilonia se hundirá, y nunca más volverá a levantarse. Todos los que viven en Babilonia morirán. Esta ciudad nunca podrá recuperarse del castigo que Dios le va a mandar”».

Aquí termina todo lo que yo, Jeremías, dije y escribí.

Juicios de Jehová contra Babilonia

51 Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto un viento destruidor contra Babilonia, y contra sus moradores que se levantan contra mí. Y enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su tierra; porque se pondrán contra ella de todas partes en el día del mal. Diré al flechero que entesa su arco, y al que se enorgullece de su coraza: No perdonéis a sus jóvenes, destruid todo su ejército. Y caerán muertos en la tierra de los caldeos, y alanceados en sus calles. Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los ejércitos, aunque su tierra fue llena de pecado contra el Santo de Israel.

Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza de Jehová; le dará su pago. Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos;(A) se aturdieron, por tanto, las naciones. En un momento cayó Babilonia, y se despedazó; gemid sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, quizá sane. Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su tierra; porque ha llegado hasta el cielo su juicio,(B) y se ha alzado hasta las nubes. 10 Jehová sacó a luz nuestras justicias; venid, y contemos en Sion la obra de Jehová nuestro Dios.

11 Limpiad las saetas, embrazad los escudos; ha despertado Jehová el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque venganza es de Jehová, y venganza de su templo. 12 Levantad bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, disponed celadas; porque deliberó Jehová, y aun pondrá en efecto lo que ha dicho contra los moradores de Babilonia. 13 Tú, la que moras entre muchas aguas,(C) rica en tesoros, ha venido tu fin, la medida de tu codicia. 14 Jehová de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería.

15 Él es el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia. 16 A su voz se producen tumultos de aguas en los cielos, y hace subir las nubes de lo último de la tierra; él hace relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos. 17 Todo hombre se ha infatuado, y no tiene ciencia; se avergüenza todo artífice de su escultura, porque mentira es su ídolo, no tiene espíritu. 18 Vanidad son, obra digna de burla; en el tiempo del castigo perecerán. 19 No es como ellos la porción de Jacob; porque él es el Formador de todo, e Israel es el cetro de su herencia; Jehová de los ejércitos es su nombre.

20 Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por medio de ti destruiré reinos. 21 Por tu medio quebrantaré caballos y a sus jinetes, y por medio de ti quebrantaré carros y a los que en ellos suben. 22 Asimismo por tu medio quebrantaré hombres y mujeres, y por medio de ti quebrantaré viejos y jóvenes, y por tu medio quebrantaré jóvenes y vírgenes. 23 También quebrantaré por medio de ti al pastor y a su rebaño; quebrantaré por tu medio a labradores y a sus yuntas; a jefes y a príncipes quebrantaré por medio de ti.

24 Y pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal que ellos hicieron en Sion delante de vuestros ojos, dice Jehová. 25 He aquí yo estoy contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar de las peñas, y te reduciré a monte quemado. 26 Y nadie tomará de ti piedra para esquina, ni piedra para cimiento; porque perpetuo asolamiento serás, ha dicho Jehová.

27 Alzad bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparad pueblos contra ella; juntad contra ella los reinos de Ararat, de Mini y de Askenaz; señalad contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas. 28 Preparad contra ella naciones; los reyes de Media, sus capitanes y todos sus príncipes, y todo territorio de su dominio. 29 Temblará la tierra, y se afligirá; porque es confirmado contra Babilonia todo el pensamiento de Jehová, para poner la tierra de Babilonia en soledad, para que no haya morador en ella. 30 Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas, se volvieron como mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos. 31 Correo se encontrará con correo, mensajero se encontrará con mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada por todas partes. 32 Los vados fueron tomados, y los baluartes quemados a fuego, y se consternaron los hombres de guerra. 33 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era cuando está de trillar; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega.

34 Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia, y me dejó como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó fuera. 35 Sobre Babilonia caiga la violencia hecha a mí y a mi carne, dirá la moradora de Sion; y mi sangre caiga sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalén. 36 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo juzgo tu causa y haré tu venganza; y secaré su mar, y haré que su corriente quede seca. 37 Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin morador.

38 Todos a una rugirán como leones; como cachorros de leones gruñirán. 39 En medio de su calor les pondré banquetes, y haré que se embriaguen, para que se alegren, y duerman eterno sueño y no despierten, dice Jehová. 40 Los haré traer como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos.

41 ¡Cómo fue apresada Babilonia, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo vino a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones! 42 Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue cubierta. 43 Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra en que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre. 44 Y juzgaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha tragado; y no vendrán más naciones a él, y el muro de Babilonia caerá.

45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová. 46 Y no desmaye vuestro corazón, ni temáis a causa del rumor que se oirá por la tierra; en un año vendrá el rumor, y después en otro año rumor, y habrá violencia en la tierra, dominador contra dominador.

47 Por tanto, he aquí vienen días en que yo destruiré los ídolos de Babilonia, y toda su tierra será avergonzada, y todos sus muertos caerán en medio de ella. 48 Los cielos y la tierra y todo lo que está en ellos cantarán de gozo sobre Babilonia;(D) porque del norte vendrán contra ella destruidores, dice Jehová. 49 Por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra.(E)

50 Los que escapasteis de la espada, andad, no os detengáis; acordaos por muchos días de Jehová, y acordaos de Jerusalén. 51 Estamos avergonzados, porque oímos la afrenta; la confusión cubrió nuestros rostros, porque vinieron extranjeros contra los santuarios de la casa de Jehová.

52 Por tanto, vienen días, dice Jehová, en que yo destruiré sus ídolos, y en toda su tierra gemirán los heridos. 53 Aunque suba Babilonia hasta el cielo, y se fortifique en las alturas, de mí vendrán a ella destruidores, dice Jehová.

54 ¡Óyese el clamor de Babilonia, y el gran quebrantamiento de la tierra de los caldeos! 55 Porque Jehová destruirá a Babilonia, y quitará de ella la mucha jactancia; y bramarán sus olas, y como sonido de muchas aguas será la voz de ellos. 56 Porque vino destruidor contra ella, contra Babilonia, y sus valientes fueron apresados; el arco de ellos fue quebrado; porque Jehová, Dios de retribuciones, dará la paga. 57 Y embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus capitanes, a sus nobles y a sus fuertes; y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.

58 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron solo para el fuego.

59 Palabra que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías rey de Judá a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Y era Seraías el principal camarero. 60 Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia. 61 Y dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todas estas cosas, 62 dirás: Oh Jehová, tú has dicho contra este lugar que lo habías de destruir, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni animal, sino que para siempre ha de ser asolado. 63 Y cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio del Éufrates, 64 y dirás: Así se hundirá Babilonia, y no se levantará(F) del mal que yo traigo sobre ella; y serán rendidos.

Hasta aquí son las palabras de Jeremías.