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51 Esto dice el Señor:
«Incitaré a un destructor contra Babilonia
    y contra la gente de Babilonia.[a]
Vendrán extranjeros y la aventarán;
    la soplarán como si fuera paja.
Vendrán de todos lados
    para levantarse contra ella en su día de tribulación.
No dejen que los arqueros se pongan sus armaduras
    ni que tensen sus arcos.
¡No perdonen la vida ni siquiera a sus mejores soldados!
    Que su ejército sea completamente destruido.[b]
Caerán muertos en la tierra de los babilonios,[c]
    acuchillados en sus calles.
Pues el Señor de los Ejércitos Celestiales
    no ha abandonado a Israel ni a Judá.
Todavía es su Dios,
    aunque su tierra se llenó de pecado
    contra el Santo de Israel».

¡Huyan de Babilonia! ¡Sálvense a sí mismos!
    ¡No queden atrapados en su castigo!
Es el tiempo de la venganza del Señor;
    él le dará su merecido.
Babilonia ha sido como copa de oro en las manos del Señor,
    copa que hizo emborrachar a todo el mundo.
Las naciones bebieron del vino de Babilonia
    y se enloquecieron.
Pero repentinamente, cayó también Babilonia.
    Lloren por ella.
Denle medicina;
    quizá todavía pueda sanarse.
La habríamos ayudado si hubiéramos podido,
    pero ya nada se puede hacer por ella.
Déjenla ir; abandónenla.
    Regresen ahora a su propio país.
Pues su castigo llega hasta los cielos;
    es tan grande que no se puede medir.
10 El Señor nos ha hecho justicia.
    Vengan, anunciemos en Jerusalén[d]
    todo lo que hizo el Señor nuestro Dios.

11 ¡Afilen las flechas!
    ¡Alcen los escudos![e]
Pues el Señor ha incitado a los reyes de Media
    a que marchen contra Babilonia y la destruyan.
Esta es su venganza contra los que
    profanaron su templo.
12 ¡Levanten la bandera de guerra contra Babilonia!
    Refuercen la guardia y pongan centinelas.
Preparen la emboscada
    porque el Señor llevará a cabo todos sus planes contra Babilonia.
13 Tú eres una ciudad junto a un gran río,
    un gran centro comercial,
pero tu fin ha llegado.
    Se cortó el hilo de tu vida.
14 El Señor de los Ejércitos Celestiales hizo este voto
    y lo juró por su propio nombre:
«Tus ciudades se llenarán de enemigos,
    como campos plagados de langostas,
    y cantarán victoria sobre ti».

Himno de alabanza al Señor

15 El Señor hizo la tierra con su poder
    y la preserva con su sabiduría.
Con su propia inteligencia
    desplegó los cielos.
16 Cuando habla en los truenos,
    los cielos rugen con lluvia.
Él hace que las nubes se levanten sobre la tierra.
    Envía el relámpago junto con la lluvia
    y suelta el viento de sus depósitos.

17 ¡Toda la raza humana es necia y le falta conocimiento!
    Los artesanos quedan deshonrados por los ídolos que hacen,
porque sus obras hechas con tanto esmero son un fraude.
    Estos ídolos no tienen ni aliento ni poder.
18 Los ídolos son inútiles; ¡son mentiras ridículas!
    En el día del juicio todos serán destruidos.
19 ¡Pero el Dios de Israel[f] no es ningún ídolo!
    Él es el Creador de todo lo que existe,
incluido su pueblo, su posesión más preciada.
    ¡El Señor de los Ejércitos Celestiales es su nombre!

Gran castigo de Babilonia

20 «Tú[g] eres mi hacha de guerra y mi espada
    —dice el Señor—.
Contigo destrozaré naciones
    y destruiré muchos reinos.
21 Contigo destrozaré ejércitos,
    destruiré al caballo y al jinete,
    al carro de guerra y al conductor.
22 Contigo destrozaré a hombres y a mujeres,
    a ancianos y a niños,
    a muchachos y a jovencitas.
23 Contigo destrozaré a pastores y rebaños,
    a campesinos y bueyes,
    a capitanes y a oficiales.

24 »Le daré a Babilonia y a sus habitantes[h]
    el pago que se merecen
por todo el mal que le hizo
    a mi pueblo en Jerusalén», dice el Señor.

25 «¡Mira, oh poderosa montaña, destructora de la tierra!
    Yo soy tu enemigo—dice el Señor—.
Levantaré mi puño contra ti,
    para derribarte desde las cumbres.
Cuando termine contigo,
    no serás más que un montón de escombros quemados.
26 Para siempre quedarás desolada;
    aun tus piedras no volverán a usarse para construir.
Te aniquilarán por completo»,
    dice el Señor.

27 Levanten una bandera de señales a las naciones.
    ¡Hagan sonar el grito de guerra!
Movilicen a todas contra Babilonia.
    ¡Prepárenlas para luchar contra ella!
Convoquen a los ejércitos de Ararat, Mini y Askenaz.
    ¡Nombren a un comandante
    y traigan una multitud de caballos como una nube de langostas!
28 Levanten contra ella a los ejércitos de las naciones
    dirigidos por los reyes de Media
    y por todos sus capitanes y oficiales.

29 La tierra tiembla y se retuerce de dolor,
    porque todos los planes del Señor contra Babilonia no han cambiado.
Babilonia quedará desolada, sin un solo habitante.
30     Sus guerreros más poderosos ya no luchan más.
Permanecen en sus cuarteles, sin valentía;
    se volvieron como mujeres.
Los invasores quemaron las casas
    y derribaron las puertas de la ciudad.
31 Las noticias se transmiten de un mensajero al otro,
    al paso que los mensajeros se apuran a avisarle al rey
    que la ciudad ha sido tomada.
32 Se han cortado todas las rutas de fuga.
    Los pantanos están en llamas
    y el ejército se llenó de pánico.

33 Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales,
    Dios de Israel:
«Babilonia es como el trigo en el campo de trillar
    a punto de ser pisoteado.
Dentro de poco,
    comenzará la cosecha».

34 «Nabucodonosor,[i] rey de Babilonia, nos devoró, nos aplastó
    y nos dejó sin fuerzas.
Nos tragó como un gran monstruo
    y llenó su barriga con nuestras riquezas.
    Nos echó de nuestro propio país.
35 Hagan que Babilonia sufra como nos hizo sufrir a nosotros
    —dice la gente de Sion—.
Hagan que el pueblo de Babilonia[j] pague por derramar nuestra sangre»,
    dice Jerusalén.

Venganza del Señor sobre Babilonia

36 Esto dice el Señor a Jerusalén:

«Yo seré tu abogado para defender tu causa
    y te vengaré.
Secaré su río,
    tal como sus fuentes de agua,
37 y Babilonia se convertirá en un montón de ruinas,
    frecuentada por chacales.
Será objeto de horror y menosprecio,
    un lugar donde no vive nadie.
38 Sus habitantes rugirán juntos como leones fuertes;
    gruñirán como cachorros de león.
39 Y mientras estén sonrojados por el vino,
    les prepararé otra clase de banquete.
Los haré beber hasta que se duerman
    y nunca se despertarán
    —dice el Señor—.
40 Los llevaré
    como a corderos al matadero,
    como a carneros y chivos para el sacrificio.

41 »¡Cómo ha caído Babilonia,[k]
    la gran Babilonia, aclamada en toda la tierra!
Ahora se ha convertido en objeto de horror
    entre las naciones.
42 El mar ha subido sobre Babilonia;
    está cubierta por las violentas olas.
43 Sus ciudades ahora quedan en ruinas;
    es una árida tierra baldía
    donde no vive nadie, ni nadie pasa por allí.
44 Entonces yo castigaré a Bel, el dios de Babilonia,
    y haré que vomite todo lo que se comió.
Nunca más las naciones vendrán a rendirle culto.
    ¡La muralla de Babilonia ha caído!

Mensaje a los desterrados

45 »Sal, pueblo mío, huye de Babilonia.
    ¡Sálvense! Huyan del terrible enojo del Señor.
46 Pero no tengan pánico ni temor
    cuando oigan los primeros rumores de que se acercan los soldados.
    Pues los rumores seguirán llegando año tras año.
Estallará la violencia en la tierra
    en tanto los líderes se peleen unos contra otros.
47 Pues ciertamente se acerca la hora
    cuando castigaré a esta gran ciudad y a todos sus ídolos.
Toda su tierra será avergonzada,
    y sus muertos caerán en las calles.
48 Entonces los cielos y la tierra se alegrarán,
    porque del norte los ejércitos destructores
    vendrán contra Babilonia—dice el Señor—.
49 Así como Babilonia mató a la gente de Israel
    y a la gente de otros pueblos por todo el mundo,
    así mismo debe morir su gente.
50 ¡Váyanse, todos ustedes que escaparon de la espada!
    ¡No se detengan para mirar, huyan mientras puedan!
Recuerden al Señor, aunque estén en una tierra lejana,
    y piensen en su hogar en Jerusalén».

51 «Estamos avergonzados—dicen los del pueblo—.
    Estamos ofendidos y en desgracia
porque extranjeros profanaron
    el templo del Señor».

52 «Sí—dice el Señor—, pero se acerca la hora
    en que destruiré los ídolos de Babilonia.
Los quejidos de la gente herida
    se oirán por toda la tierra.
53 Aunque Babilonia llegue tan alto como los cielos
    y haga sus fortificaciones increíblemente resistentes,
aun así yo enviaré enemigos para que la saqueen.
    ¡Yo, el Señor, he hablado!

Destrucción completa de Babilonia

54 »¡Escuchen! Oigan el llanto de Babilonia,
    el sonido de la gran destrucción que surge de la tierra de los babilonios.
55 Pues el Señor destruye a Babilonia;
    silenciará su vozarrón.
Oleadas de enemigos golpean contra ella;
    resuenan en la ciudad los ruidos de batalla.
56 Vienen contra Babilonia ejércitos destructores.
    Apresan a sus hombres valientes
    y sus armas se quiebran en sus manos.
Pues el Señor es Dios que da justo castigo;
    él siempre le da a cada cual su merecido.
57 Haré que sus autoridades y hombres sabios se emborrachen,
    junto con sus capitanes, oficiales y guerreros.
¡Caerán dormidos
    y nunca más se despertarán!»,
dice el Rey, cuyo nombre es
    el Señor de los Ejércitos Celestiales.

58 Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales:
«Las gruesas murallas de Babilonia serán arrasadas
    y sus inmensas puertas serán quemadas.
¡Los constructores de muchos países han trabajado en vano
    porque su obra será destruida por fuego!».

Mensaje de Jeremías enviado a Babilonia

59 El profeta Jeremías le dio el siguiente mensaje a Seraías, hijo de Nerías y nieto de Maaseías, un oficial del Estado Mayor, cuando Seraías fue a Babilonia junto con el rey Sedequías de Judá. Esto sucedió durante el cuarto año del reinado de Sedequías.[l] 60 Jeremías registró en un rollo todos los terribles desastres que pronto vendrían sobre Babilonia: todas las palabras escritas aquí. 61 Le dijo a Seraías: «Cuando llegues a Babilonia, lee en voz alta todo lo que está en este rollo. 62 Luego di: “Señor, tú has dicho que destruirás a Babilonia de manera que no quedarán personas ni animales. Ella permanecerá vacía y abandonada para siempre”. 63 Cuando hayas terminado de leer el rollo, átalo a una piedra y arrójalo al río Éufrates. 64 Luego di: “De la misma manera Babilonia y su pueblo se hundirán para no levantarse jamás a causa de los desastres que traeré sobre ella”».

Aquí terminan los mensajes de Jeremías.

Footnotes

  1. 51:1 En hebreo Leb-camay, un nombre codificado para Babilonia.
  2. 51:3 El término hebreo empleado aquí se refiere a la consagración total de cosas o personas al Señor, ya sea destruyéndolas o entregándolas como ofrenda.
  3. 51:4 O caldeos, también en 51:54.
  4. 51:10 En hebreo Sion; también en 51:24.
  5. 51:11 La versión griega dice Llenen las aljabas.
  6. 51:19 En hebreo la Porción de Jacob. Ver la nota en 5:20.
  7. 51:20 Posiblemente se refiera a Ciro, a quien Dios usó para conquistar Babilonia. Comparar con Is 44:28; 45:1.
  8. 51:24 O y al pueblo de Caldea.
  9. 51:34 En hebreo Nabucad-retsar, una variante de Nabucodonosor.
  10. 51:35 O Caldea.
  11. 51:41 En hebreo Sesac, un nombre codificado para Babilonia.
  12. 51:59 El cuarto año del reinado de Sedequías fue el 593 a. C.

Juicios de Jehová contra Babilonia

51 Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto un viento destruidor contra Babilonia, y contra sus moradores que se levantan contra mí. Y enviaré a Babilonia aventadores que la avienten, y vaciarán su tierra; porque se pondrán contra ella de todas partes en el día del mal. Diré al flechero que entesa su arco, y al que se enorgullece de su coraza: No perdonéis a sus jóvenes, destruid todo su ejército. Y caerán muertos en la tierra de los caldeos, y alanceados en sus calles. Porque Israel y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los ejércitos, aunque su tierra fue llena de pecado contra el Santo de Israel.

Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida, para que no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo es de venganza de Jehová; le dará su pago. Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos;(A) se aturdieron, por tanto, las naciones. En un momento cayó Babilonia, y se despedazó; gemid sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, quizá sane. Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada uno a su tierra; porque ha llegado hasta el cielo su juicio,(B) y se ha alzado hasta las nubes. 10 Jehová sacó a luz nuestras justicias; venid, y contemos en Sion la obra de Jehová nuestro Dios.

11 Limpiad las saetas, embrazad los escudos; ha despertado Jehová el espíritu de los reyes de Media; porque contra Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque venganza es de Jehová, y venganza de su templo. 12 Levantad bandera sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas, disponed celadas; porque deliberó Jehová, y aun pondrá en efecto lo que ha dicho contra los moradores de Babilonia. 13 Tú, la que moras entre muchas aguas,(C) rica en tesoros, ha venido tu fin, la medida de tu codicia. 14 Jehová de los ejércitos juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de langostas, y levantarán contra ti gritería.

15 Él es el que hizo la tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia. 16 A su voz se producen tumultos de aguas en los cielos, y hace subir las nubes de lo último de la tierra; él hace relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos. 17 Todo hombre se ha infatuado, y no tiene ciencia; se avergüenza todo artífice de su escultura, porque mentira es su ídolo, no tiene espíritu. 18 Vanidad son, obra digna de burla; en el tiempo del castigo perecerán. 19 No es como ellos la porción de Jacob; porque él es el Formador de todo, e Israel es el cetro de su herencia; Jehová de los ejércitos es su nombre.

20 Martillo me sois, y armas de guerra; y por medio de ti quebrantaré naciones, y por medio de ti destruiré reinos. 21 Por tu medio quebrantaré caballos y a sus jinetes, y por medio de ti quebrantaré carros y a los que en ellos suben. 22 Asimismo por tu medio quebrantaré hombres y mujeres, y por medio de ti quebrantaré viejos y jóvenes, y por tu medio quebrantaré jóvenes y vírgenes. 23 También quebrantaré por medio de ti al pastor y a su rebaño; quebrantaré por tu medio a labradores y a sus yuntas; a jefes y a príncipes quebrantaré por medio de ti.

24 Y pagaré a Babilonia y a todos los moradores de Caldea, todo el mal que ellos hicieron en Sion delante de vuestros ojos, dice Jehová. 25 He aquí yo estoy contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar de las peñas, y te reduciré a monte quemado. 26 Y nadie tomará de ti piedra para esquina, ni piedra para cimiento; porque perpetuo asolamiento serás, ha dicho Jehová.

27 Alzad bandera en la tierra, tocad trompeta en las naciones, preparad pueblos contra ella; juntad contra ella los reinos de Ararat, de Mini y de Askenaz; señalad contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas. 28 Preparad contra ella naciones; los reyes de Media, sus capitanes y todos sus príncipes, y todo territorio de su dominio. 29 Temblará la tierra, y se afligirá; porque es confirmado contra Babilonia todo el pensamiento de Jehová, para poner la tierra de Babilonia en soledad, para que no haya morador en ella. 30 Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se encerraron en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas, se volvieron como mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos. 31 Correo se encontrará con correo, mensajero se encontrará con mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad es tomada por todas partes. 32 Los vados fueron tomados, y los baluartes quemados a fuego, y se consternaron los hombres de guerra. 33 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era cuando está de trillar; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega.

34 Me devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia, y me dejó como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó fuera. 35 Sobre Babilonia caiga la violencia hecha a mí y a mi carne, dirá la moradora de Sion; y mi sangre caiga sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalén. 36 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo juzgo tu causa y haré tu venganza; y secaré su mar, y haré que su corriente quede seca. 37 Y será Babilonia montones de ruinas, morada de chacales, espanto y burla, sin morador.

38 Todos a una rugirán como leones; como cachorros de leones gruñirán. 39 En medio de su calor les pondré banquetes, y haré que se embriaguen, para que se alegren, y duerman eterno sueño y no despierten, dice Jehová. 40 Los haré traer como corderos al matadero, como carneros y machos cabríos.

41 ¡Cómo fue apresada Babilonia, y fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo vino a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones! 42 Subió el mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue cubierta. 43 Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra en que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre. 44 Y juzgaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha tragado; y no vendrán más naciones a él, y el muro de Babilonia caerá.

45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová. 46 Y no desmaye vuestro corazón, ni temáis a causa del rumor que se oirá por la tierra; en un año vendrá el rumor, y después en otro año rumor, y habrá violencia en la tierra, dominador contra dominador.

47 Por tanto, he aquí vienen días en que yo destruiré los ídolos de Babilonia, y toda su tierra será avergonzada, y todos sus muertos caerán en medio de ella. 48 Los cielos y la tierra y todo lo que está en ellos cantarán de gozo sobre Babilonia;(D) porque del norte vendrán contra ella destruidores, dice Jehová. 49 Por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra.(E)

50 Los que escapasteis de la espada, andad, no os detengáis; acordaos por muchos días de Jehová, y acordaos de Jerusalén. 51 Estamos avergonzados, porque oímos la afrenta; la confusión cubrió nuestros rostros, porque vinieron extranjeros contra los santuarios de la casa de Jehová.

52 Por tanto, vienen días, dice Jehová, en que yo destruiré sus ídolos, y en toda su tierra gemirán los heridos. 53 Aunque suba Babilonia hasta el cielo, y se fortifique en las alturas, de mí vendrán a ella destruidores, dice Jehová.

54 ¡Óyese el clamor de Babilonia, y el gran quebrantamiento de la tierra de los caldeos! 55 Porque Jehová destruirá a Babilonia, y quitará de ella la mucha jactancia; y bramarán sus olas, y como sonido de muchas aguas será la voz de ellos. 56 Porque vino destruidor contra ella, contra Babilonia, y sus valientes fueron apresados; el arco de ellos fue quebrado; porque Jehová, Dios de retribuciones, dará la paga. 57 Y embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a sus capitanes, a sus nobles y a sus fuertes; y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.

58 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en vano trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron solo para el fuego.

59 Palabra que envió el profeta Jeremías a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías rey de Judá a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Y era Seraías el principal camarero. 60 Escribió, pues, Jeremías en un libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las palabras que están escritas contra Babilonia. 61 Y dijo Jeremías a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todas estas cosas, 62 dirás: Oh Jehová, tú has dicho contra este lugar que lo habías de destruir, hasta no quedar en él morador, ni hombre ni animal, sino que para siempre ha de ser asolado. 63 Y cuando acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en medio del Éufrates, 64 y dirás: Así se hundirá Babilonia, y no se levantará(F) del mal que yo traigo sobre ella; y serán rendidos.

Hasta aquí son las palabras de Jeremías.

51 Así dice el Señor:

«¡Miren! Voy a levantar un viento destructor
    contra Babilonia y la gente de Leb Camay.[a]
Enviaré contra Babilonia extranjeros que la lancen por los aires,
    que la aviente como se avienta el trigo, hasta dejarla vacía.
En el día de su calamidad
    la atacarán por todas partes.
Que no tense el arquero su arco[b]
    ni se vista la coraza.
No perdonen a sus jóvenes;
    destruyan su ejército por completo.
Caerán muertos en Babilonia;[c]
    serán traspasados en las calles.
Israel y Judá no han sido abandonados
    por su Dios, el Señor de los Ejércitos,
aunque su tierra está llena de culpa,
    delante del Santo de Israel.

»¡Huyan de Babilonia!
    ¡Sálvese quien pueda!
    No perezcan por causa de su iniquidad.
Porque ha llegado la hora de que el Señor tome venganza;
    ¡él le dará su merecido!
En la mano del Señor Babilonia era una copa de oro
    que embriagaba a toda la tierra.
Las naciones bebieron de su vino
    y se enloquecieron.
Pero de pronto Babilonia cayó hecha pedazos.
    ¡Giman por ella!
Traigan bálsamo para su dolor;
    tal vez pueda ser curada.

»“Quisimos curar a Babilonia,
    pero no pudo ser sanada;
abandonémosla y regrese cada uno a su tierra,
    porque llega su condena hasta los cielos;
    ¡se eleva hasta las nubes!”.

10 »“¡El Señor nos ha vindicado!
    Vengan, que en Sión daremos a conocer
    lo que ha hecho el Señor nuestro Dios”.

11 »¡Afilen las flechas!
    ¡Ármense con escudos!
El Señor ha incitado el espíritu de los reyes de los medos
    para destruir a Babilonia.
Esta es la venganza del Señor,
    la venganza por su Templo.
12 ¡Levanten el estandarte contra los muros de Babilonia!
    ¡Refuercen la guardia!
¡Pongan centinelas!
    ¡Preparen la emboscada!
El Señor cumplirá su propósito;
    cumplirá su decreto contra los babilonios.
13 Tú, que habitas junto a muchas aguas
    y eres rica en tesoros,
has llegado a tu fin,
    al final de tu existencia.
14 El Señor de los Ejércitos ha jurado por sí mismo:
    “Te llenaré de enemigos, como de langostas,
    y lanzarán gritos de victoria sobre ti”.

15 »Dios hizo la tierra con su poder,
    afirmó el mundo con su sabiduría,
    extendió los cielos con su inteligencia.
16 Cuando él deja oír su voz, rugen las aguas en los cielos;
    hace que se levanten las nubes desde los confines de la tierra.
Entre relámpagos desata la lluvia
    y saca de sus depósitos al viento.

17 »La humanidad es necia e ignorante;
    todo orfebre se avergüenza de sus ídolos.
Sus imágenes son un engaño
    y no hay en ellas aliento de vida.
18 No valen nada, son objetos de burla;
    cuando llegue el día del juicio serán destruidos.
19 La porción de Jacob no es como aquellos,
    porque él es el Creador de todas las cosas,
incluso el pueblo de su heredad.
    Su nombre es el Señor de los Ejércitos.

20 »Tú eres mi mazo, mi arma de guerra;
    contigo destrozo naciones y reinos.
21 Contigo destrozo jinetes y caballos;
    contigo destrozo carros de guerra y sus conductores.
22 Contigo destrozo hombres y mujeres;
    contigo destrozo jóvenes y ancianos,
    contigo destrozo jóvenes y doncellas.
23 Contigo destrozo pastores y rebaños;
    contigo destrozo agricultores y yuntas,
    contigo destrozo gobernadores y oficiales.

24 »Pero en presencia de ustedes daré su merecido a Babilonia y a todos sus habitantes por todo el mal que han hecho en Sión», afirma el Señor.

25 «Estoy en contra tuya,
    monte del exterminio,
    que destruyes toda la tierra», afirma el Señor.
«Extenderé mi mano contra ti;
    te haré rodar desde los peñascos
    y te convertiré en monte quemado.
26 No volverán a tomar de ti piedra angular,
    ni piedra de cimiento,
    porque para siempre quedarás desolada»,
    afirma el Señor.

27 «¡Levanten la bandera en la tierra!
    ¡Toquen la trompeta entre las naciones!
¡Convoquen contra ella
    a los reinos de Ararat, Mini y Asquenaz!
¡Pongan al frente un general!
    ¡Que avancen los caballos cual plaga de langostas!
28 ¡Convoquen contra ella a las naciones,
    a los reyes de Media,
sus gobernadores y oficiales!
    ¡Convoquen a todo su imperio!
29 La tierra tiembla y se sacude;
    se cumplen los planes del Señor contra Babilonia
al convertirla en un desierto desolado
    donde nadie ha de habitar.
30 Dejaron de combatir los guerreros de Babilonia;
    se escondieron en las fortalezas.
Sus fuerzas se agotaron;
    se volvieron unos cobardes.
Sus moradas fueron incendiadas
    y destrozados sus cerrojos.
31 Corre un emisario tras el otro;
    un mensajero sigue a otro mensajero,
para anunciarle al rey de Babilonia
    que toda la ciudad ha sido capturada.
32 Los cruces de los ríos han sido ocupados
    e incendiados los pantanos;
    llenos de pánico quedaron los guerreros».

33 Porque así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel:

«La hija de Babilonia es como una parcela
    en el momento en que se limpia el trigo;
    ¡ya le llega el tiempo de la cosecha!».

34 «Nabucodonosor, el rey de Babilonia,
    me devoró, me confundió;
    me dejó como un jarro vacío.
Me tragó como un monstruo marino,
    con mis delicias se ha llenado el estómago
    para luego vomitarme.
35 Dicen los habitantes de Sión:
    “¡Que recaiga sobre Babilonia la violencia que me hizo!”.
Dice Jerusalén:
    “¡Que nuestra sangre se derrame sobre los habitantes de Babilonia!”».

36 Por eso, así dice el Señor:

«¡Mira! Voy a defender tu causa
    y llevaré a cabo tu venganza;
voy a secar el agua de su mar
    y dejaré secos sus manantiales.
37 Babilonia se convertirá en un montón de ruinas,
    en guarida de chacales,
en objeto de horror y de burla,
    en un lugar sin habitantes.
38 Todo su pueblo ruge como leones;
    gruñe como cachorros de león.
39 Cuando entre en calor,
    serviré la bebida;
    lo embriagaré para que se divierta.
Así dormirá un sueño eterno
    del que ya no despertará»,
    afirma el Señor.
40 «Voy a llevarlo al matadero,
    como si fueran corderos;
    como carneros y chivos.

41 »¡Cómo ha sido capturada Sesac![d]
    ¡Cómo ha sido conquistado el orgullo de toda la tierra!
Babilonia se ha convertido
    en un horror para las naciones.
42 El mar ha subido contra Babilonia;
    agitadas olas la han cubierto.
43 Desoladas han quedado sus ciudades:
    como tierra desolada, como un desierto.
Nadie habita allí;
    nadie pasa por ese lugar.
44 Voy a castigar al dios Bel en Babilonia;
    haré que vomite lo que se ha tragado.
Ya no acudirán a él las naciones
    ni quedará en pie el muro de Babilonia.

45 »¡Huye de ella, pueblo mío!
    ¡Salva tu vida!
    ¡Huye de mi ardiente ira!
46 No desfallezcan, no se acobarden
    por los rumores que corren en la tierra.
Año tras año surgen nuevos rumores;
    rumores de violencia en la tierra
    y de un gobernante que se levanta contra otro.
47 Se acercan ya los días
    en que castigaré a los ídolos de Babilonia.
Toda su tierra será avergonzada;
    caerán sus víctimas en medio de ella.
48 Entonces el cielo y la tierra,
    y todo lo que hay en ellos,
lanzarán gritos de júbilo contra Babilonia,
    porque del norte vendrán sus destructores»,
    afirma el Señor.

49 «Babilonia tiene que caer por las víctimas de Israel,
    así como en toda la tierra
    cayeron las víctimas de Babilonia.
50 Ustedes, los que escaparon de la espada,
    huyan sin demora.
Invoquen al Señor en tierras lejanas
    y no dejen de pensar en Jerusalén».

51 «Sentimos vergüenza por los insultos;
    estamos cubiertos de deshonra,
porque han penetrado extranjeros
    en los lugares santos del Templo del Señor».

52 «Por eso, vienen días»,
    afirma el Señor,
    «en que castigaré a sus ídolos;
a lo largo de toda la tierra
    gemirán sus heridos.
53 Aunque Babilonia suba hasta los cielos,
    y en lo alto fortifique su fortaleza,
    yo enviaré destructores contra ella»,
    afirma el Señor.

54 «Se oyen gritos de dolor en Babilonia
    gran ruido de destrucción
    desde la tierra de los babilonios.
55 El Señor la destruye por completo;
    pone fin a su bullicio.
Rugen sus enemigos como olas agitadas;
    resuena el estruendo de su voz.
56 Llega contra Babilonia el destructor;
    sus guerreros serán capturados
    y sus arcos serán hechos pedazos.
Porque el Señor es un Dios
    que a cada cual da su merecido.
57 Voy a embriagar a sus oficiales y a sus sabios;
    a sus gobernadores, oficiales y guerreros;
dormirán un sueño eterno, del que no despertarán»,
    afirma el Rey, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos.

58 Así dice el Señor de los Ejércitos:

«Los anchos muros de Babilonia serán derribados por completo;
    sus imponentes puertas serán incendiadas.
Los pueblos se agotan en vano,
    y las naciones se fatigan por lo que se desvanece como el humo».

59 Este es el mensaje que Jeremías el profeta dio a Seraías, hijo de Nerías y nieto de Maseías, cuando fue a Babilonia con Sedequías, rey de Judá, durante el año cuarto de su reinado. Seraías era el oficial encargado del campamento. 60 Jeremías había descrito en un rollo todas las calamidades que sobrevendrían a Babilonia, es decir, todo lo concerniente a ella. 61 Jeremías dijo a Seraías: «En cuanto llegues a Babilonia, asegúrate de leerles todas estas palabras. 62 Luego dile: “Señor, tú has dicho que vas a destruir este lugar, que lo convertirás en una ruina perpetua hasta que no quede en él un solo habitante, ni hombre ni animal”. 63 Cuando termines de leer el rollo, átale una piedra y arrójalo al Éufrates. 64 Luego dile: “Así se hundirá Babilonia y nunca más se levantará del desastre que voy a traer sobre ella”».

Aquí concluyen las palabras de Jeremías.

Footnotes

  1. 51:1 Leb Camay es un criptograma que alude a Caldea, es decir, Babilonia.
  2. 51:3 Que … arco. Frase de difícil traducción.
  3. 51:4 Lit. Caldea.
  4. 51:41 Sesac es un criptograma que alude a Babilonia.