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En los últimos días, el monte del templo del SEÑOR
    será la montaña más exaltada.
Se levantará sobre todos los montes,
    y los rostros de la gente brillarán de alegría.[a]
Muchos pueblos vendrán aquí y dirán:
«Vamos al monte del SEÑOR,
    al templo del Dios de Jacob,
para que él nos dé sus enseñanzas
    y nosotros lo seguiremos».
Porque de Sion saldrá la enseñanza
    y de Jerusalén el mensaje del SEÑOR.
Él será árbitro entre las naciones
    y mediador entre los muchos pueblos.
Convertirán sus espadas en arados
    y sus lanzas en hoces.
Ninguna nación levantará espada contra otra,
    y ya nadie se preparará para la guerra.

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Footnotes

  1. 2:2 y los rostros … de alegría Según LXX las naciones fluirán hacia ella.