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¡Los débiles y los desvalidos
    la pisotean con sus propios pies!»

La senda del justo es llana;
    tú, que eres recto, allanas su camino.
Sí, en ti esperamos, Señor,
    y en la senda de tus juicios;
tu nombre y tu memoria
    son el deseo de nuestra vida.

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