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Todos han pecado;
por eso la tierra está bajo maldición
y muy pocos han quedado con vida.
La ciudad está desierta.

»Los viñedos se han secado;
ya casi no hay vino.
Los que antes cantaban de alegría
ahora mueren de tristeza.
Ya no suenan los alegres tambores
y el arpa ha quedado en silencio;
¡se acabó la fiesta!

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