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Por eso la maldición consume la tierra, y sus habitantes son asolados; por eso han sido consumidos los habitantes de la tierra y son muy pocos los que aún quedan. El vino se ha perdido, pues la vid se marchita; ¡gimen todos los de alegre corazón! Ha cesado la alegría de los panderos y del arpa; se ha acabado el alboroto de los que se divierten.

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