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Por eso gimen los moabitas;
    todos ellos gimen por Moab.
Lamentaos, afligíos,
    por las tortas de pasas de Quir Jaréset.
Se han marchitado los campos de Hesbón,
    lo mismo que las vides de Sibma.
Los gobernantes de las naciones
    han pisoteado los viñedos más selectos,
los que llegaban hasta Jazer
    y se extendían hacia el desierto.
Sus sarmientos se extendían
    y llegaban hasta el mar.
Por eso lloro, como llora Jazer,
    por los viñedos de Sibma.
¡Y a vosotras, ciudades de Hesbón y de Elalé,
    os empapo con mis lágrimas!
Se han acallado los gritos de alegría
    por tu fruto maduro y tus cosechas.

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