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Castigo de Israel por su pecado

50 Esto dice el SEÑOR:
«Ustedes afirman que por caprichoso
    me divorcié de Jerusalén, la mamá de ustedes.
Pero, ¿dónde está el documento
    que prueba que los divorcié sin motivo alguno?
¿Piensan ustedes que los vendí a ustedes como esclavos
    porque no los podía mantener?
Nada de eso.
    Yo los vendí a ustedes por pecadores,
y, sí, abandoné a su mamá
    por lo rebeldes que son ustedes.
¿Por qué no había nadie cuando yo llegué?
    ¿Por qué nadie contestó a mi llamado?
¿Es mi brazo tan corto que no es capaz de salvarlos?
    ¿Es que no tengo fuerzas para rescatarlos?
Yo sequé el mar con una orden,
    y convertí los ríos en desiertos.
Los peces se asfixiaron por falta de agua,
    y murieron de sed.
Yo vestí los cielos de oscuridad
    e hice un vestido de luto para que se cubrieran».

El Señor DIOS me enseñó lo que tengo que decir.
    Así que sé qué decir para darle ánimo al débil.
Cada mañana él me despierta,
    afina mi oído para escuchar como los que estudian.
El Señor DIOS ha abierto mi oído
    y yo no fui rebelde,
    no me eché para atrás.
No opuse resistencia a los que me golpeaban la espalda;
    dejé que me arrancaran la barba.
Les puse la cara
    a los que me insultaban y escupían.
El Señor DIOS me ayuda,
    y los insultos no me hieren.
Por eso me mantendré firme,
    y sé que no seré avergonzado.
Ya viene el que demostrará que tengo razón.
    ¿Me va a demandar alguien?
    Presentémonos juntos al tribunal.
¿Quién me va a acusar?
    Que venga y hagamos un careo.
Miren, el Señor DIOS me está ayudando.
    ¿Quién se atreverá a condenarme?
Todos ellos se desgastarán como un vestido;
    serán comidos por la polilla.

10 ¿Quién de ustedes respeta al SEÑOR
    y obedece a su siervo?
El que ande sin luz en la oscuridad,
    ponga su confianza en el SEÑOR
    y apóyese en su Dios.
11 Miren, todos ustedes los que encienden fuego
    y prenden antorchas,
caminen entre las llamas de su fuego
    y las antorchas que encendieron.
Esto es lo que recibirán de mí:
    quedarán tendidos en medio de tormentos.

Jehová ayuda a quienes confían en él

50 Así dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre. ¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren de sed. Visto de oscuridad los cielos, y hago como cilicio su cubierta.

Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás. Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.(A)

Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. Cercano está de mí el que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí. He aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla.

10 ¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. 11 He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.