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Israel, siervo de Jehová

49 Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria. Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba; y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré. Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.

Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza); dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones,(A) para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra.(B)

Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.

Dios promete restaurar a Sion

Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé;(C) y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades; para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos. 10 No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.(D) 11 Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas. 12 He aquí estos vendrán de lejos; y he aquí estos del norte y del occidente, y estos de la tierra de Sinim.

13 Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia. 14 Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí. 15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. 16 He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros. 17 Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti. 18 Alza tus ojos alrededor, y mira: todos estos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.

19 Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos. 20 Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para mí este lugar; apártate, para que yo more. 21 Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró estos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crio estos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban estos?

22 Así dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros. 23 Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.

24 ¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano? 25 Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. 26 Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

Promesa de salvación

49 Escuchadme, islas[a](A),
y atended, pueblos lejanos.
El Señor me llamó desde el seno materno(B),
desde las entrañas de mi madre mencionó mi nombre.
Ha hecho mi boca como espada afilada(C),
en la sombra de su mano me ha escondido(D);
me ha hecho también como saeta escogida[b](E),
en su aljaba me ha escondido.
Y me dijo: Tú eres mi siervo(F), Israel,
en quien yo mostraré mi gloria[c](G).
Y yo dije: En vano he trabajado(H),
en vanidad y en nada he gastado mis fuerzas;
pero mi derecho está en el Señor,
y mi recompensa con mi Dios(I).

Y ahora dice el Señor (el que me formó desde el seno materno para ser su siervo(J),
para hacer que Jacob vuelva a Él y que Israel se reúna con Él(K),
porque honrado soy a los ojos del Señor(L)
y mi Dios ha sido mi fortaleza(M)),
dice Él: Poca[d] cosa es que tú seas mi siervo,
para levantar las tribus de Jacob y para restaurar a los que quedaron[e] de Israel(N);
también te haré luz de[f] las naciones(O),
para que mi salvación alcance[g] hasta los confines de la tierra(P).
Así dice el Señor, el Redentor de Israel, el Santo suyo(Q),
al despreciado[h](R), al aborrecido de la nación,
al siervo de gobernantes:
Lo verán reyes y se levantarán(S),
príncipes, y se postrarán(T),
a causa del Señor que es fiel,
del Santo de Israel que te ha escogido.

Así dice el Señor: En tiempo propicio te he respondido,
en día de salvación te he ayudado(U);
te guardaré y te daré por pacto del pueblo(V),
para restaurar[i] la tierra(W), para repartir las heredades asoladas,
para decir a los presos: «Salid»;
a los que están en tinieblas(X): «Mostraos».
Por los caminos pacerán,
y en todas las alturas desoladas tendrán sus pastos(Y).
10 No pasarán hambre ni sed(Z),
no los herirá el calor abrasador ni el sol(AA),
porque el que tiene compasión de ellos los guiará(AB),
y a manantiales de aguas los conducirá(AC).
11 Convertiré todos mis montes en camino(AD),
y mis calzadas serán levantadas(AE).
12 Mirad, estos vendrán de lejos(AF);
y he aquí, otros del norte y del occidente(AG),
y otros de la tierra de Sinim.
13 Gritad de júbilo, cielos, y regocíjate, tierra(AH).
Prorrumpid, montes, en gritos de alegría,
porque el Señor ha consolado a su pueblo(AI),
y de sus afligidos tendrá compasión(AJ).

14 Pero Sión dijo: El Señor me ha abandonado,
el Señor se ha olvidado de mí.
15 ¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho,
sin compadecerse del hijo de sus entrañas?
Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré(AK).
16 He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado(AL);
tus muros están constantemente delante de mí(AM).
17 Tus edificadores[j] se apresuran;
tus destructores y tus devastadores(AN)
se alejarán de ti.
18 Levanta en derredor tus ojos y mira(AO):
todos ellos se reúnen(AP), vienen a ti(AQ).
Vivo yo(AR) —declara el Señor
que a todos ellos como joyas[k] te los pondrás, y te ceñirás con ellos como una novia(AS).
19 En cuanto a[l] tus lugares desiertos y desolados y tu tierra arruinada(AT),
ahora serás ciertamente demasiado estrecha para los moradores(AU),
y tus devoradores estarán muy lejos(AV).
20 Todavía te dirán al oído los hijos de los que fuiste privada[m]:
«El lugar es muy estrecho para mí;
hazme sitio para que yo more aquí(AW)».
21 Y dirás en tu corazón(AX):
«¿Quién me ha engendrado estos?
Pues yo había sido privada de mis hijos,
y era estéril(AY), desterrada y errante(AZ).
Y a estos, ¿quién los ha criado?
He aquí, yo había sido dejada sola(BA);
y estos, ¿dónde estaban(BB)?».

22 Así dice el Señor Dios[n]:
He aquí, levantaré hacia las naciones mi mano,
y hacia los pueblos alzaré mi estandarte(BC);
traerán a tus hijos en brazos,
y tus hijas en hombros serán llevadas(BD).
23 Reyes serán tus tutores(BE),
y sus princesas, tus nodrizas.
Rostro en tierra te rendirán homenaje(BF)
y el polvo de tus pies lamerán(BG).
Y sabrás que yo soy el Señor(BH),
y que no se avergonzarán(BI) los que esperan en mí(BJ).

24 ¿Se le podrá quitar la presa al poderoso,
o rescatar al cautivo del tirano[o](BK)?
25 Ciertamente así dice el Señor:
Aun los cautivos del poderoso serán recobrados(BL),
y rescatada será la presa del tirano;
con el que contienda contigo yo contenderé,
y salvaré a tus hijos(BM).
26 Haré comer a tus opresores(BN) su propia carne(BO),
y como con vino dulce, con su sangre se embriagarán;
y toda carne sabrá que yo, el Señor, soy tu Salvador(BP)
y tu Redentor(BQ), el Poderoso de Jacob.

Footnotes

  1. Isaías 49:1 O, costas
  2. Isaías 49:2 O, afilada
  3. Isaías 49:3 O, me gloriaré
  4. Isaías 49:6 Lit., Ligera
  5. Isaías 49:6 Lit., preservados
  6. Isaías 49:6 O, a
  7. Isaías 49:6 Lit., sea
  8. Isaías 49:7 Lit., despreciado de alma
  9. Isaías 49:8 Lit., establecer
  10. Isaías 49:17 Así en algunas versiones antiguas y en los M.M.M.; en el T.M., hijos
  11. Isaías 49:18 Lit., adorno
  12. Isaías 49:19 Lit., Porque
  13. Isaías 49:20 Lit., de tu privación
  14. Isaías 49:22 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  15. Isaías 49:24 Así en algunas versiones antiguas y en los M.M.M.; en el T.M., del justo

El siervo del Señor

49 Escúchenme, costas lejanas,
    oigan esto, naciones distantes:
El Señor me llamó antes de que yo naciera,
    en el vientre de mi madre pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada afilada
    y me escondió en la sombra de su mano;
me convirtió en una flecha pulida
    y me escondió en su aljaba.
Me dijo: «Israel, tú eres mi siervo;
    en ti seré glorificado».
Y respondí: «En vano he trabajado;
    he gastado mis fuerzas sin provecho alguno.
Pero mi justicia está en manos del Señor;
    mi recompensa está con mi Dios».

Y ahora dice el Señor,
    que desde el seno materno me formó para que fuera yo su siervo,
para hacer que Jacob se vuelva a él,
    que Israel se reúna a su alrededor;
porque a los ojos del Señor soy digno de honra
    y mi Dios ha sido mi fortaleza:
«No es gran cosa que seas mi siervo,
    ni que restaures a las tribus de Jacob,
    ni que hagas volver a los de Israel, a quienes he preservado.
Yo te pongo ahora como luz para las naciones,
    a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra».

Así dice el Señor,
    el Redentor y Santo de Israel,
al despreciado y aborrecido por las naciones,
    al siervo de los gobernantes:
«Los reyes te verán y se pondrán de pie,
    los príncipes te verán y se postrarán,
por causa del Señor, el Santo de Israel,
    que es fiel y te ha escogido».

Restauración de Israel

Así dice el Señor:

«En el momento propicio te responderé
    y en el día de salvación te ayudaré.
Ahora te guardaré y haré de ti
    un pacto para el pueblo,
para que restaures el país
    y repartas las propiedades asoladas;
para que digas a los cautivos: “¡Salgan!”,
    y a los que viven en tinieblas: “¡Están en libertad!”.

»Junto a los caminos pastarán
    y en todas las cumbres áridas hallarán pastos.
10 No tendrán hambre ni sed,
    no los abatirá el sol ni el calor,
porque los guiará quien les tiene compasión
    y los conducirá junto a manantiales.
11 Convertiré en caminos todas mis montañas
    y construiré mis calzadas.
12 ¡Miren! Ellos vendrán de muy lejos:
    unos desde el norte, otros desde el oeste
    y aun otros desde la región de Asuán».[a]

13 Ustedes, los cielos, ¡griten de alegría!
    Tierra, ¡regocíjate!
    Montañas, ¡prorrumpan en canciones!
Porque el Señor consuela a su pueblo
    y tiene compasión de sus pobres.

14 Pero Sión dijo: «El Señor me ha abandonado;
    el Señor se ha olvidado de mí».

15 «¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho
    y dejar de amar al hijo que ha dado a luz?
Aun cuando ella lo olvidara,
    ¡yo no te olvidaré!
16 Grabada te llevo en las palmas de mis manos;
    tus muros siempre los tengo presentes.
17 Tus hijos se apresuran;
    de ti se apartan tus destructores y los que te asolaron.
18 Alza tus ojos y mira a tu alrededor;
    todos se reúnen y vienen hacia ti.
Tan cierto como que yo vivo,
    a todos ellos los usarás como adorno,
los lucirás en tu vestido de novia»,
    afirma el Señor.

19 «Aunque te arrasaron y te dejaron en ruinas
    y tu tierra quedó asolada,
ahora serás demasiado pequeña para tus habitantes
    y lejos quedarán los que te devoraban.
20 Los hijos que dabas por perdidos
    todavía te dirán al oído:
“Este lugar es demasiado pequeño para mí;
    hazme lugar para poder vivir”.
21 Y te pondrás a pensar:
    “¿Quién me engendró estos hijos?
Yo no tenía hijos, era estéril,
    desterrada y rechazada;
    pero a estos, ¿quién los ha criado?
Me había quedado sola,
    pero estos, ¿de dónde han salido?”».

22 Así dice el Señor y Dios:

«Hacia las naciones alzaré mi mano,
    hacia los pueblos levantaré mi estandarte.
Ellos traerán a tus hijos en sus brazos
    y cargarán a tus hijas en sus hombros.
23 Los reyes te adoptarán como hijo
    y sus reinas serán tus nodrizas.
Se postrarán ante ti rostro en tierra
    y lamerán el polvo que tú pises.
Sabrás entonces que yo soy el Señor
    y que no quedarán avergonzados los que en mí confían».

24 ¿Se puede quitar el botín a los guerreros?
    ¿Puede el cautivo ser rescatado del tirano?[b]

25 Pero así dice el Señor:

«Sí, al guerrero se le arrebatará el cautivo
    y del tirano se rescatará el botín;
contenderé con los que contiendan contigo
    y yo mismo salvaré a tus hijos.
26 Haré que tus opresores se coman su propia carne
    y se embriaguen con su propia sangre, como si fuera vino.
Toda la humanidad sabrá entonces
    que yo, el Señor, soy tu Salvador;
    que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu Redentor».

Footnotes

  1. 49:12 Asuán (Qumrán); Sinín (TM).
  2. 49:24 tirano (Qumrán, Vulgata y Siríaca; véanse también LXX y v. 25); justo (TM).

El siervo del Señor, luz de las naciones

49 Óiganme, países del mar,
préstenme atención, naciones lejanas:
El Señor me llamó desde antes de que yo naciera;
pronunció mi nombre
cuando aún estaba yo en el seno de mi madre.
Convirtió mi lengua en espada afilada,
me escondió bajo el amparo de su mano,
me convirtió en una flecha aguda
y me guardó en su aljaba.
Me dijo: «Israel, tú eres mi siervo,
en ti me mostraré glorioso.»
Y yo que había pensado: «He pasado trabajos en vano,
he gastado mis fuerzas sin objeto, para nada.»
En realidad mi causa está en manos del Señor,
mi recompensa está en poder de mi Dios.

He recibido honor delante del Señor mi Dios,
pues él ha sido mi fuerza.
El Señor, que me formó desde el seno de mi madre
para que fuera su siervo,
para hacer que Israel, el pueblo de Jacob,
se vuelva y se una a él,
dice así:
«No basta que seas mi siervo
sólo para restablecer las tribus de Jacob
y hacer volver a los sobrevivientes de Israel;
yo haré que seas la luz de las naciones,
para que lleves mi salvación
hasta las partes más lejanas de la tierra.»

El Señor, el redentor,
el Dios Santo de Israel,
dice al pueblo que ha sido totalmente despreciado,
al que los otros pueblos aborrecen,
al que ha sido esclavo de los tiranos:
«Cuando los reyes y los príncipes te vean,
se levantarán y se inclinarán delante de ti
porque yo, el Señor, el Dios Santo de Israel,
te elegí y cumplo mis promesas.»

Anuncio de la reconstrucción de Jerusalén

El Señor dice:
«Vino el momento de mostrar mi bondad, y te respondí;
llegó el día de la salvación, y te ayudé.
Yo te protegí
para establecer por ti mi alianza con el pueblo,
para reconstruir el país,
para hacer que tomen posesión de las tierras arrasadas,
para decir a los presos: “Queden libres”,
y a los que están en la oscuridad: “Déjense ver.”
Junto a todos los caminos encontrarán pastos,
y en cualquier monte desierto
tendrán alimento para su ganado.

10 «No tendrán hambre ni sed,
ni los molestará el sol ni el calor,
porque yo los amo y los guío,
y los llevaré a manantiales de agua.
11 Abriré un camino a través de las montañas
y haré que se allanen los senderos.»

12 ¡Miren! Vienen de muy lejos:
unos del norte, otros de occidente,
otros de la región de Asuán.
13 ¡Cielo, grita de alegría!
¡Tierra, llénate de gozo!
¡Montañas, lancen gritos de felicidad!
Porque el Señor ha consolado a su pueblo,
ha tenido compasión de él en su aflicción.

14 «Sión decía:
“El Señor me abandonó,
mi Dios se olvidó de mí.”
15 Pero ¿acaso una madre olvida
o deja de amar a su propio hijo?
Pues aunque ella lo olvide,
yo no te olvidaré.
16 Yo te llevo grabada en mis manos,
siempre tengo presentes tus murallas.
17 Los que te reconstruyen van más de prisa
que los que te destruyeron;
ya se han ido los que te arrasaron.
18 Levanta los ojos y mira alrededor,
mira cómo se reúnen todos
y vuelven hacia ti.

«Yo, el Señor, juro por mi vida
que todos ellos serán como joyas que te pondrás,
como los adornos de una novia.
19 Tu país estaba en ruinas,
destruido, arrasado;
pero ahora tu territorio
será pequeño para tus habitantes.
Los que te destruyeron están lejos.
20 Los hijos que dabas por perdidos
te dirán al oído:
“Este país es demasiado pequeño para nosotros;
haznos lugar para vivir.”
21 Y tú dirás en tu interior:
“¿Quién me ha dado estos hijos?
Yo no tenía hijos, ni podía tenerlos;
estaba desterrada y apartada,
¿quién los crió?
Me habían dejado sola,
¿de dónde vinieron?”»

22 El Señor dice:
«Voy a dar órdenes a las naciones;
voy a dar una señal a los pueblos
para que traigan en brazos a tus hijos,
y a tus hijas las traigan sobre los hombros.
23 Los reyes serán tus padres adoptivos,
y las princesas tus niñeras.
Se inclinarán hasta el suelo delante de ti,
y lamerán el polvo de tus pies.
Y reconocerás que yo soy el Señor,
y que los que en mí confían no quedan defraudados.»

24 ¿Se le puede arrebatar a un hombre fuerte
lo que ha ganado en la batalla?
¿O puede un preso escapar de un tirano?
25 El Señor afirma que sí:
«Al hombre fuerte le arrebatarán lo conquistado,
y al tirano le quitarán lo ganado.
Yo me enfrentaré con los que te buscan pleito;
yo mismo salvaré a tus hijos.
26 Obligaré a tus opresores a comer su propia carne
y a emborracharse con su sangre, como si fuera vino.
Así toda la humanidad sabrá
que yo, el Señor, soy tu salvador;
que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu redentor.»

La luz de las naciones

49 Israel dijo:

«¡Ustedes,
pueblos de las costas más lejanas,
óiganme y presten atención!

»Yo soy el fiel servidor de Dios.
Él pronunció mi nombre
desde antes que yo existiera como pueblo.
Dios hizo que mis palabras
fueran poderosas como flechas,
como espadas afiladas.
Dios me protegió, me cuidó,
y me dijo:
“Tú eres mi fiel servidor;
gracias a ti daré a conocer mi poder”.

»Sin embargo, yo me dije:
“He trabajado inútilmente;
me he quedado sin fuerzas
y no he logrado nada”.
En realidad, lo que hago
es gracias al poder de Dios,
y ya él ha preparado mi recompensa.
Dios me formó
desde antes que naciera
para que fuera yo su fiel servidor,
y siempre estuviéramos unidos.
Para Dios, yo valgo mucho;
por eso él me fortalece».

Dios le dijo a su fiel servidor:

«Yo te he enviado
para que reúnas a las tribus de Israel
y las hagas volver a su patria.
Aun esto es muy poco para ti.
Por eso te pondré
como una luz para las naciones,
y haré que lleves la salvación
hasta el último rincón del mundo».

Una promesa de Dios a su pueblo

Dios, el Salvador y santo de Israel, le dijo al pueblo:

«Israel,
tú has sido despreciado
y odiado por otros pueblos,
y ahora eres esclavo de esos tiranos.
Pon atención a mis palabras:

“Yo soy tu único Dios;
cuando los reyes y los príncipes
de otras naciones te vean,
se humillarán ante ti.

”¡Yo te he elegido
y te cumpliré esta promesa!”»

Restauración de Israel

Dios les dijo a los israelitas:

«Cuando llegó el momento
de mostrarles mi bondad,
fui bondadoso con ustedes;
cuando necesitaron salvación,
yo les di libertad.
Yo los formé para que fueran
una bendición para otros pueblos.
Por eso ustedes, israelitas,
volverán a ocupar las tierras
que sus enemigos destruyeron,
y reconstruirán el país.
Ustedes les dirán a los presos:
“¡Quedan en libertad!”,
y a los que viven en la oscuridad:
“¡Salgan a la luz!”

La alegría de los que vuelven a su patria

»Ustedes encontrarán buenos pastos
junto a todos los caminos,
y en cualquier cerro desierto
tendrán alimento para el ganado.
10 No tendrán hambre ni sed,
ni los molestará el sol ni el calor,
porque yo los amo y los guío,
y los llevaré a fuentes de agua.
11 Les abriré un camino
a través de las montañas
y los haré pasar por un terreno llano.
12 Ustedes, los israelitas,
vendrán de muy lejos,
de todos los rincones del mundo.

13 »¡Cielos, griten de alegría!
¡Tierra, alégrate mucho!
¡Montañas, lancen gritos de felicidad!
Porque yo, el único Dios,
consuelo a mi pueblo
y tengo compasión de los pobres».

La reconstrucción de Jerusalén

14 El pueblo de Jerusalén decía:

«Dios me abandonó,
mi Dios se olvidó de mí».

15 Pero Dios respondió:

«Jerusalén,
¿acaso puede una madre olvidar
o dejar de amar a su hijo?
Y aunque ella lo olvidara,
yo no me olvidaré de ti.
16 Yo te llevo grabada
como un tatuaje en mis manos,
siempre tengo presentes tus murallas.

17 »Ya se han ido tus destructores;
si con rapidez te destruyeron,
con más rapidez serás reconstruida.
18 Levanta los ojos
y mira a tu alrededor,
todos los israelitas se reúnen
y vuelven hacia ti.
Yo soy el único Dios,
y juro por mi vida
que todos tus habitantes serán
como los adornos de una novia.

19 »Tú, Jerusalén, estabas en ruinas,
pero ya se han alejado
los que te destruyeron.
Ahora tendrás tantos habitantes
que el país te resultará pequeño.
20 Los hijos que dabas por perdidos
te dirán al oído:
“Este país es demasiado pequeño
para todos nosotros”.

21 »Tú, Jerusalén,
dirás como una madre:
“¿Quién me dio tantos hijos?
Yo no tenía hijos ni podía tenerlos;
me habían dejado sola,
quedé completamente abandonada.
¿Quién crió a estos hijos míos?
¿De dónde vinieron?”

22 »Yo daré una orden a las naciones
para que traigan en brazos
a tus hijos y a tus hijas.
23 Los reyes serán tus padres adoptivos
y las princesas, tus niñeras.
Se arrodillarán ante ti
y reconocerán
que no quedan avergonzados
los que confían en mí,
y que yo soy el único Dios.

24 »A un guerrero no se le puede quitar
lo que ha ganado en el combate;
un prisionero de guerra
no se puede escapar del tirano.
25 Pero yo, el único Dios,
declaro que al guerrero y al tirano
les quitarán lo que hayan conquistado.
A ustedes los israelitas les digo
que yo salvaré a sus hijos y a sus hijas
de manos de sus enemigos.
26 Haré que sus opresores
se coman su propia carne
y se emborrachen con su sangre.
Así sabrá toda la humanidad
que yo soy el único Dios,
soy el Dios todopoderoso,
y el salvador de Israel».