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Profecía sobre el valle de la visión

22 Profecía sobre el valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados? Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra.

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Profecía contra Jerusalén

22 Profecía contra el valle de la visión:

¿Qué te pasa ahora,
    que has subido a las azoteas,
ciudad llena de disturbios,
    de tumultos y parrandas?
Tus muertos no cayeron a filo de espada
    ni murieron en batalla.

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Porque día es de alboroto, de angustia y de confusión, de parte del Señor, Jehová de los ejércitos, en el valle de la visión, para derribar el muro, y clamar al monte.

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El Señor, el Señor de los Ejércitos,
    ha decretado un día de pánico,
un día de humillación y desconcierto
    en el valle de la visión,
un día para derribar muros
    y para levantar gritos de socorro a la montaña.

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12 Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio; 13 y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos.(A) 14 Esto fue revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

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12 En aquel día el Señor,
    el Señor de los Ejércitos,
los llamó a llorar y a lamentarse,
    a raparse la cabeza y a usar ropa de luto.
13 ¡Pero miren, hay gozo y alegría!
    ¡Se sacrifican vacas, se matan ovejas,
    se come carne y se bebe vino!
«¡Comamos y bebamos,
    que mañana moriremos!».

14 El Señor de los Ejércitos me reveló al oído: «No se te perdonará este pecado hasta el día de tu muerte. Lo digo yo, el Señor, el Señor de los Ejércitos».

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17 He aquí que Jehová te transportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro. 18 Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra extensa; allá morirás, y allá estarán los carros de tu gloria, oh vergüenza de la casa de tu señor. 19 Y te arrojaré de tu lugar, y de tu puesto te empujaré. 20 En aquel día llamaré a mi siervo Eliaquim hijo de Hilcías, 21 y lo vestiré de tus vestiduras, y lo ceñiré de tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá. 22 Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá.(A) 23 Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre. 24 Colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las tazas hasta toda clase de jarros. 25 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, el clavo hincado en lugar firme será quitado; será quebrado y caerá, y la carga que sobre él se puso se echará a perder; porque Jehová habló.

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17 »Mira, hombre poderoso, el Señor está a punto de agarrarte
    y arrojarte con violencia.
18 Te hará rodar como pelota
    y te lanzará a una tierra inmensa.
Allí morirás; allí quedarán
    tus gloriosos carros de combate.
    ¡Serás la vergüenza de la casa de tu señor!
19 Te destituiré de tu cargo
    y serás expulsado de tu puesto.

20 »En aquel día llamaré a mi siervo Eliaquín, hijo de Jilquías. 21 Le pondré tu túnica, le colocaré tu faja y le daré tu autoridad. Será como un padre para los habitantes de Jerusalén y para la tribu de Judá. 22 Sobre sus hombros pondré la llave de la casa de David; lo que él abra, nadie podrá cerrarlo; lo que él cierre, nadie podrá abrirlo. 23 Como a una estaca, lo clavaré en un lugar firme y será como un trono de honor para la descendencia de su padre. 24 De él dependerá toda la gloria de su familia: sus descendientes, sus vástagos y toda la vajilla pequeña, desde los cántaros hasta las tazas.

25 »En aquel día —afirma el Señor de los Ejércitos—, cederá la estaca clavada en el lugar firme; será arrancada de raíz y se vendrá abajo con la carga que colgaba de ella». El Señor mismo lo ha dicho.

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