Hechos 2:32-35
La Biblia de las Américas
32 A este Jesús resucitó Dios(A), de lo cual todos nosotros somos testigos(B). 33 Así que, exaltado a[a] la diestra de Dios(C), y habiendo recibido del Padre la promesa(D) del Espíritu Santo(E), ha derramado(F) esto que vosotros veis y oís. 34 Porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice:
(G)Dijo el Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi diestra,
35 hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies».
Footnotes
- Hechos 2:33 O, por
Hechos 2:32-35
Dios Habla Hoy
32 Pues bien, Dios ha resucitado a ese mismo Jesús, y de ello todos nosotros somos testigos. 33 Después de haber sido enaltecido y colocado por Dios a su derecha y de haber recibido del Padre el Espíritu Santo que nos había prometido, él a su vez lo derramó sobre nosotros. Eso es lo que ustedes han visto y oído. 34 Porque no fue David quien subió al cielo; pues él mismo dijo:
“El Señor dijo a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
35 hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de tus pies.”
Hechos 2:32-35
Traducción en lenguaje actual
32 Todos nosotros somos testigos de que Dios resucitó a Jesús, 33 y de que luego lo llevó al cielo y lo sentó a su derecha.[a]
»Dios le dio a Jesús el Espíritu Santo. Y ahora Jesús nos ha dado ese mismo Espíritu, pues nos lo había prometido. ¡Y esto es lo que ustedes están viendo y oyendo!
34 »Sabemos que quien subió al cielo no fue David, pues él mismo dice:
“Dios le dijo a mi Señor el Mesías:
‘Siéntate a la derecha de mi trono
35 hasta que yo derrote a tus enemigos.’”
Footnotes
- Hechos 2:33 A su derecha: Es decir, lo sentó en el sitio de honor y le dio poder.
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