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22 La multitud se unió en contra de Pablo y Silas. Las autoridades rasgaron las ropas de Pablo y Silas y ordenaron que los azotaran con varas. 23 Después de azotarlos mucho, las autoridades los echaron a la cárcel y le dijeron al carcelero que los vigilara muy bien. 24 El carcelero, al escuchar la orden, los llevó bien adentro de la cárcel y les aseguró los pies en el cepo.

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