Add parallel Print Page Options

22 La gente gritaba: «¡Ha hablado un dios, no un hombre!». 23 En aquel mismo instante un ángel del Señor lo hirió con una enfermedad tan terrible que Herodes murió comido por los gusanos. ¡Todo por no darle la gloria a Dios!

24 La palabra de Dios se propagaba y se extendía.

Read full chapter