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Ya viene el fin

Después recibí este mensaje del Señor: «Hijo de hombre, esto dice el Señor Soberano a Israel:

»¡Ya llegó el fin!
    Dondequiera que mires
—al oriente, al occidente, al norte o al sur—
    tu tierra está acabada.
No queda esperanza,
    porque desataré mi enojo contra ti.
Te llamaré a rendir cuentas
    de todos tus pecados detestables.
Miraré para otro lado y no te tendré compasión.
    Te daré tu merecido por todos tus pecados detestables.
Entonces sabrás que yo soy el Señor.

»Esto dice el Señor Soberano:
¡Desastre tras desastre
    se te acerca!
El fin ha llegado.
    Finalmente llegó.
    ¡Te espera la condenación final!
Oh pueblo de Israel, ya amanece el día de tu destrucción.
    Ha llegado la hora; está cerca el día de dificultad.
En las montañas se oirán gritos de angustia;
    no serán gritos de alegría.
Pronto derramaré mi furia sobre ti,
    y contra ti desataré mi enojo.
Te llamaré a rendir cuentas
    de todos tus pecados detestables.
Miraré para otro lado y no te tendré compasión.
    Te daré tu merecido por todos tus pecados detestables.
Entonces sabrás que soy yo, el Señor,
    quien da el golpe.

10 »¡El día del juicio ha llegado;
    tu destrucción está a la puerta!
La perversidad y la soberbia de la gente
    han florecido en pleno.
11 La violencia de ellos se ha transformado en una vara
    que los azotará por su perversidad.
Ninguno de esos orgullosos y perversos sobrevivirá.
    Toda su riqueza y prestigio se esfumará.
12 Sí, ha llegado la hora;
    ¡este es el día!
Que los comerciantes no se alegren por las ofertas,
    ni los vendedores lamenten sus pérdidas,
porque todos ellos caerán
    bajo mi enojo terrible.
13 Aunque los mercaderes sobrevivan,
    jamás regresarán a sus negocios.
Pues lo que Dios ha dicho se aplica a todos sin excepción;
    ¡no se cambiará!
Ninguna persona que viva descarriada por el pecado
    se recuperará jamás.

Desolación de Israel

14 »Suena la trompeta para movilizar al ejército de Israel,
    pero nadie presta atención,
    porque me he enfurecido contra todos ellos.
15 Fuera de la ciudad hay guerra,
    y dentro de la ciudad, enfermedades y hambre.
Los que estén fuera de las murallas de la ciudad
    morirán al filo de las espadas enemigas.
Los que estén dentro de la ciudad
    morirán de hambre y enfermedades.
16 Los sobrevivientes que escapen hacia las montañas
    gemirán como palomas, sollozando por sus pecados.
17 Sus manos colgarán sin fuerza;
    las rodillas les quedarán débiles como el agua.
18 Se vestirán de tela áspera;
    el horror y la vergüenza los cubrirán.
Se afeitarán la cabeza
    en señal de dolor y remordimiento.

19 »Arrojarán su dinero a la calle;
    lo tirarán como si fuera basura.
Ni su plata ni su oro los salvará
    cuando llegue ese día del enojo del Señor.
No los saciarán ni los alimentarán,
    porque su avaricia solo los hace tropezar.
20 Estaban orgullosos de sus hermosas joyas
    y con ellas hicieron ídolos detestables e imágenes repugnantes.
Por lo tanto, haré que todas sus riquezas
    les resulten asquerosas.
21 Se las daré a los extranjeros como botín,
    a las naciones más perversas,
    y ellas las profanarán.
22 Apartaré mis ojos de ellos
    cuando esos ladrones invadan y profanen mi preciosa tierra.

23 »Prepara cadenas para mi pueblo,
    porque la tierra está ensangrentada por crímenes terribles.
    Jerusalén está llena de violencia.
24 Traeré a las naciones más despiadadas
    para que se apoderen de sus casas.
Derrumbaré sus orgullosas fortalezas
    y haré que se profanen sus santuarios.
25 El terror y el temblor se apoderarán de mi pueblo.
    Buscarán paz, pero no la encontrarán.
26 Habrá calamidad tras calamidad;
    un rumor seguirá a otro rumor.
En vano buscarán
    una visión de los profetas.
No recibirán enseñanza de los sacerdotes
    ni consejo de los líderes.
27 El rey y el príncipe quedarán indefensos,
    sollozando de desesperación,
y las manos de la gente
    temblarán de miedo.
Los haré pasar por la misma maldad
    que ellos causaron a otros,
y recibirán el castigo
    que tanto merecen.
¡Entonces sabrán que yo soy el Señor!».

El fin viene

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú, hijo de hombre, así ha dicho Jehová el Señor a la tierra de Israel: El fin, el fin viene sobre los cuatro extremos de la tierra. Ahora será el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti todas tus abominaciones. Y mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; antes pondré sobre ti tus caminos, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo soy Jehová.

Así ha dicho Jehová el Señor: Un mal, he aquí que viene un mal. Viene el fin, el fin viene; se ha despertado contra ti; he aquí que viene. La mañana viene para ti, oh morador de la tierra; el tiempo viene, cercano está el día; día de tumulto, y no de alegría, sobre los montes. Ahora pronto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti tus abominaciones. Y mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; según tus caminos pondré sobre ti, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo Jehová soy el que castiga.

10 He aquí el día, he aquí que viene; ha salido la mañana; ha florecido la vara, ha reverdecido la soberbia. 11 La violencia se ha levantado en vara de maldad; ninguno quedará de ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos, ni habrá entre ellos quien se lamente. 12 El tiempo ha venido, se acercó el día; el que compra, no se alegre, y el que vende, no llore, porque la ira está sobre toda la multitud. 13 Porque el que vende no volverá a lo vendido, aunque queden vivos; porque la visión sobre toda la multitud no se revocará, y a causa de su iniquidad ninguno podrá amparar su vida.

14 Tocarán trompeta, y prepararán todas las cosas, y no habrá quien vaya a la batalla; porque mi ira está sobre toda la multitud. 15 De fuera espada, de dentro pestilencia y hambre; el que esté en el campo morirá a espada, y al que esté en la ciudad lo consumirá el hambre y la pestilencia. 16 Y los que escapen de ellos huirán y estarán sobre los montes como palomas de los valles, gimiendo todos, cada uno por su iniquidad. 17 Toda mano se debilitará, y toda rodilla será débil como el agua. 18 Se ceñirán también de cilicio, y les cubrirá terror; en todo rostro habrá vergüenza, y todas sus cabezas estarán rapadas. 19 Arrojarán su plata en las calles, y su oro será desechado; ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; no saciarán su alma, ni llenarán sus entrañas, porque ha sido tropiezo para su maldad. 20 Por cuanto convirtieron la gloria de su ornamento en soberbia, e hicieron de ello las imágenes de sus abominables ídolos, por eso se lo convertí en cosa repugnante. 21 En mano de extraños la entregué para ser saqueada, y será presa de los impíos de la tierra, y la profanarán. 22 Y apartaré de ellos mi rostro, y será violado mi lugar secreto; pues entrarán en él invasores y lo profanarán.

23 Haz una cadena, porque la tierra está llena de delitos de sangre, y la ciudad está llena de violencia. 24 Traeré, por tanto, los más perversos de las naciones, los cuales poseerán las casas de ellos; y haré cesar la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados. 25 Destrucción viene; y buscarán la paz, y no la habrá. 26 Quebrantamiento vendrá sobre quebrantamiento, y habrá rumor sobre rumor; y buscarán respuesta del profeta, mas la ley se alejará del sacerdote, y de los ancianos el consejo. 27 El rey se enlutará, y el príncipe se vestirá de tristeza, y las manos del pueblo de la tierra temblarán; según su camino haré con ellos, y con los juicios de ellos los juzgaré; y sabrán que yo soy Jehová.