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Amán trama la destrucción de los judíos

Después de estas cosas, el rey Asuero engrandeció a Amán hijo de Hamedata, el agagueo. Lo honró y puso su silla por encima de las de todos los príncipes que estaban con él. Todos los siervos del rey que estaban a la puerta real se arrodillaban y se inclinaban ante Amán, porque así lo había mandado el rey; pero Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba.

Entonces los siervos del rey, que estaban a la puerta real, preguntaron a Mardoqueo: «¿Por qué desobedeces el mandamiento del rey?»

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