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El trato con las mujeres

No seas celoso con tu esposa;
no despiertes en ella malos pensamientos.
No entregues tu amor a una mujer,
porque acabará por dominarte.
3-4 Aléjate de las prostitutas
que te divierten con sus cantos
y te seducen con sus bailes,
porque te harán caer en sus redes.
No mires mucho a las jovencitas,
porque puede salirte caro.

No te entregues a las prostitutas,
porque perderás todo lo que tienes.
No las busques por las calles,
ni te pierdas en esos callejones.
No te fijes en la mujer casada;
su bello cuerpo ya pertenece a otro.
Por la belleza de una mujer
y por el deseo de poseerla,
muchos hombres se han perdido.
Con una mujer casada
no comas ni bebas vino;
podrías enamorarte de ella,
y podría costarte la vida.

El trato con los hombres

10 No abandones al amigo de ayer,
que el de hoy no podrá reemplazarlo.
Las amistades son como el vino:
con el tiempo se disfrutan más.
11 No envidies la suerte del pecador,
pues no sabes qué fin tendrá.
12 No imites a los malvados,
porque no quedarán sin castigo.

13 Aléjate de quien tiene poder
para quitarte la vida.
Acercarse a él es como andar
por un camino lleno de trampas,
y si das un paso en falso
estarás en peligro de muerte.

14 Procura conocer bien a tus vecinos,
pero busca el consejo de los sabios.
15 Hazte amigo de gente inteligente,
para que estudien la ley de Dios.
16 Comparte tu mesa con gente honrada,
y obedece a Dios con orgullo.

17 Al artista se le alaba
por la belleza de su obra,
y al gobernante se le reconoce
por la sabiduría de sus palabras.
18 Pero el que habla por hablar
se vuelve odioso y temido.