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Hijo mío, no te burles del que vive en la aflicción,
ni desprecies al que sufre amargamente.
No dejes sufrir al que esté necesitado,
ni te escondas del que esté abatido.
No hagas sufrir al que tiene el corazón afligido,
ni le niegues tu ayuda al pobre.
No rechaces al débil que te pida ayuda,
ni le des motivos para que te maldiga.
Si al sentirse triste y amargado levanta la voz,
el Creador escuchará sus gritos.
Hazte querer de los demás,
y sé respetuoso con las autoridades.
Escucha con atención al pobre,
y con sencillez devuélvele el saludo.
Libra del opresor al oprimido,
y no te niegues a dar un fallo justo.
10 Pórtate como un padre con los huérfanos
y como un esposo con las viudas.
Así Dios te llamará hijo,
te amará y te librará de la desgracia.

El premio de la sabiduría

11 La sabiduría instruye a los que la buscan;
los guía como si fueran hijos suyos.
12 Los que la aman, aman la vida;
los que la buscan con afán, agradan al Señor.
13 Los que la retienen, recibirán honor de él;
dondequiera que vivan los bendecirá el Señor.
14 Servirla a ella es servir al Dios santo;
el Señor ama a los que la aman.
15 El que la obedece, juzgará a las naciones;
el que le hace caso, vivirá en la casa de ella.
16 Disimuladamente caminará con él.
17 Lo pondrá primero a prueba,
y cuando tenga lleno de ella el corazón,
18 volverá a él para guiarlo y revelarle sus secretos.
19 Pero si él se desvía, lo rechazará
y lo entregará a su ruina.

Ni tímido ni arrogante

20 Hijo mío, fíjate en las circunstancias y aléjate del mal,
para que no te avergüences de ti mismo.
21 Porque hay una vergüenza que trae pecado
y otra vergüenza que produce honor y buena fama.
22 No tengas consideraciones con otros en perjuicio propio,
ni seas tan tímido que te perjudiques a ti mismo.
23 No dejes de hablar cuando sea necesario
ni escondas tu sabiduría.
24 Porque la sabiduría se conoce al hablar,
y la inteligencia, al dar una respuesta.
25-26 No seas rebelde a la verdad,
ni luches contra la corriente.
No te dé vergüenza confesar tus faltas;
avergüénzate de tu ignorancia.
27 No te humilles delante de un insensato,
pero no resistas a los que gobiernan.
28 Lucha por la justicia hasta la muerte,
y el Señor luchará a favor tuyo.
29 No seas altanero cuando hables,
ni débil y cobarde en tus acciones.
30 No seas como un león con tu familia,
y tímido con tus esclavos.
31 No mantengas la mano extendida para recibir,
y recogida para dar.