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Amigos buenos y malos

37 Hay quienes dicen ser tus amigos,
pero sólo porque ellos lo dicen.
Es muy triste cuando un amigo
se convierte en tu enemigo;
¡dan ganas hasta de morirse!

Los malos amigos nacieron
sólo para engañar.
Pero Dios les dará un terrible castigo.

A los malos amigos sólo les interesa
que les des de comer,
pero se apartan de ti
cuando estás en problemas.
En cambio, los buenos amigos
comparten tus alegrías
y te defienden de tus enemigos.
En las buenas y en las malas,
no te olvides de un buen amigo.

Los buenos consejos

7-8 Ten mucho cuidado
cuando alguien te dé un consejo,
porque hay quienes te aconsejan
sólo para aprovecharse de ti.
Te dirán que vas por buen camino,
pero lo que quieren es verte fracasar.

10 No pidas consejos a tu enemigo
ni tampoco al envidioso.
11 Jamás dejes que un cobarde
te diga cómo hacer la guerra.
Tampoco dejes que una mujer
opine de su enemiga,
ni que un comerciante te diga
cómo hacer negocios con él.
Tampoco permitas que un comprador
ponga precio a tu mercancía,
ni esperes que un envidioso
te enseñe a ser agradecido,
ni que alguien sin compasión
te enseñe a pedir perdón.

Cuando tengas que hacer algo,
ningún perezoso te dirá cómo hacerlo;
tampoco quien trabaja por horas
te dirá cuándo terminará,
ni el que vigila un sembrado
te hablará de la cosecha.
No creas nada de lo que digan.

12 Es mejor que pidas consejo
de quienes hacen lo bueno
y cumplen los mandamientos de Dios.
Ellos comparten tus sentimientos;
si fracasas, te brindarán su ayuda.

13 Déjate guiar por tus sentimientos,
porque ellos no te pueden engañar.
14 Ellos te advertirán del peligro
mejor que muchos vigilantes.
15 Pero hay algo más importante:
Pídele siempre a Dios
que sea él quien te dirija.

La verdadera sabiduría

16 Antes de ponerse a hacer
hay que ponerse a pensar.
17 Toda idea brota en la mente,
y de allí salen cuatro ramas
18 controladas por la lengua:
el bien y el mal,
la vida y la muerte.

19 Hay quienes enseñan a otros,
pero no se enseñan a sí mismos.
20 Hay quienes son muy sabios,
pero se hacen odiosos
por su manera de hablar;
¡y acaban muriéndose de hambre!
21-23 Hay otros que son sabios,
pero sólo ellos lo saben,
y hay otros que son sabios
y saben enseñar al pueblo;
por eso el pueblo les cree.

24-26 Dios bendice al hombre sabio,
y al verlo todos lo felicitan.
El pueblo confía en sus palabras,
y su buena fama es permanente.

Nosotros, los seres humanos,
vivimos muy poco tiempo,
pero el pueblo de Israel
nunca dejará de existir.

No es bueno comer demasiado

27 Querido jovencito,
en esta vida debes controlar tu apetito
y no comer lo que te haga daño.
28 No a todos les gusta lo mismo,
ni todo es bueno para todos.
29 No seas glotón ni goloso,
30 porque el comer demasiado
causa dolores de estómago.
31 Muchos han muerto por ser glotones,
pero tú vivirás si cuidas lo que comes.